domingo, 14 de septiembre de 2014

El animal que me acompaña siempre ahora duerme

MACKY CORBALÁN



POEMAS INÉDITOS

De “El acuerdo”



9

Apenas vino el primer calor, los frutales
antes secos, se rodearon de un halo
verde que ahora es flor
blanca. Sin preguntas
y cuando corresponde, cada árbol
hace lo que mejor sabe.





el animal que me acompaña siempre
ahora duerme, dormiré también
para acompañarlo yo por una vez





Suenan trompetas de tren en la distancia.
No las escucha mi padre.
No las escucha mi abuela.
No las escucho yo, almacenada
y oscura como el vino
en sitio fresco,
sin aire, ni vibraciones fuertes.




Poesía

8

Llega, viene,
....................La Musiquita.
La mu
...........si
............ qui
........................ta.

Sin organillero y sin
mono, la musiquita.

Sin afilador y sin
cuchillos, la musiquita.

Sin voceador de verduras
y frutas, sin pescado

y sin flores, la musiquita.





De “Breviario del día todavía”




la bestia roe el lenguaje del extravío, lejos
y cerca, la poesía se enternece




soy cavidad de palabra y placer. Hablo y gimo. Con la voz, confundo; con el gemido: articulo




cuando la planta seca, crepitó entre los dedos la palabra consuelo



trinar con esta boca intemperie



De “Conversaciones en la noche del amor"


Queda un coro solícito
de animales. Perros y grillos
reposan sobre la extinción
de lo humano. Ayuda que es cóncava
la noche y el sueño un testigo
feliz de urdir los hilos evanescentes de la ficción.
Un escenario parco son las bardas oscuras,
dan pie a la pregunta por los insectos, por
sus huellas minúsculas, sus túneles
sinuosos, la pulsión obcecada por el
alimento, la insaciabilidad del vivir.
Es ahora cuando preguntar. Ahora es ahora,
no un ahora de tiempo; de sincronía, de
frutos morados al alcance de la agitación, de
hierbas creciendo inadvertidamente, con
el secreto mandato de cubrirlo todo; estatuas
solas en su miedo nocturno, también objetos
que parecen personas.

Es ahora.

Las piedras, grandes y pequeñas, en su
elegida inmovilidad orgánica, consumiéndose
a oscuras, solas, accesibles a todo
pavor. Diríase que el mundo entero
teme. Las piedras no son flores, si lo fueran
permanecerían afables e impávidas, cerradas
al ojo negro de la hora, conscientes sólo
de lo húmedo, lo suave, lo dulce.

Es ahora. Una insistencia en el aire
parece asegurarlo.











De La Pasajera de Arena (Libros de Tierra Firme, 1992)


Acaricio su rostro con el pie.
Su piel es fresca,
aún cuando afuera
puede oírse el alarido del aire
incendiándose.
Ahora interpone su cuerpo
entre la lámpara
y esto que la mira,
entonces la luz es una forma,
una delicada ondulación de la carne,
un eclipse presentido
y esperado por siglos.



3er mundo



El aroma de la carne asada
socava el mediodía de
los míseros,
enloquece sus glándulas
y, como los animales de Pavlov,
se agitan por más
cuando nada ha habido.



Las moscas,
inevitables en el verano,
como el calor que sofoca
al envolvernos en su membrana
sudorosa y anodina,
los frutos henchidos y rojos,
descomponiéndose en la acera,
y -enlazados por el talle-
las parejas de enamorados
que habrán de odiarse
el próximo invierno.




Monet


La mosca sobrevuela, interesada,
la gota de sangre
que brilla sobre el piso mugroso.

Zumba, se posa,
huele
el infierno de la carne.





El ómnibus cruza el paisaje,
como una flecha incontrolable;

en su interior,
la pasajera de arena
culmina una nota de adiós

y abre la ventanilla.



De Inferno (Libros de Tierra Firme, 1999)

VIII

Humanos

Leo en ellos como en páginas escritas.
Atravieso sus órganos opacos, su piel,
el susceptible hilado de los nervios.
Es lo de siempre, lo de cada época:
rencillas, acuerdos y desánimo. Una cosa
no entiendo: esa oscura,
repentina agitación
cuando recuerdan.






Algo clama por la atención del gato
que, desde su somnolencia, se yergue
y husmea el aire; como en el resto
de las cosas esenciales,
no hay nada allí que nosotros
podamos ver.









Fuera de esta habitación,
los perros inician su inacabable
perorata nocturna, los gatos se hacen
uno con el muro y crece, en el mundo,
una jerga animal que no me es extraña:
sube por tus ojos antes
de tocar mi cuerpo.



Los lamentos, las sirenas,
los disparos,
son el sudor de esta
noche ardiente.
Los lamentos.
Las sirenas.
Los disparos.
Dios respira con dificultad
en la cama de mis padres.



¿Quién se acerca
desde el vibrante labio del horizonte,
protegido por una cegadora luz blanca?

Quisiera creer que todos lo ven,
y lo esperan. (Pero ¿por qué lo pienso
en masculino? ¿Acaso mi mente puede leer
lo que se acerca y cuando esto es poderoso
lo imagina hombre?)
Miro a los costados,
nadie parece compartir mi digresión,
esta ansiedad, el aire de temor.

Se mueve detenido por la lejanía.

Aquí, en este lugar de la espera,
todo sigue igual: casas y tumbas se
chupan a los seres con igual codicia;
la piel se enciende en los sueños,
los sueños se acaban cuando empieza el día,
el día termina apenas abiertos los ojos.

Pero, ¿cuándo? ¿y ese gesto de los perros,
ese dejo de terror? Parecieran tener cajas en
la lengua y un movimiento
continuo en la cabeza .

No hay nada: ni cámaras ni música
ambientando el final feliz. No hay final
feliz. No hay aliento, no hay
afuera, no hay siquiera un intento
por anonadarse
con éxito.

Y quien viene,
sin llegar.




De Como mil flores (Hipólita Ediciones, 2007)

MÍNIMA,
en el descanso de
la fe, tallé
un dios justo
a mi medida.


ESA MUJER


Quisiera ver la nueva casa
llenarse de colores y que ella,
la que jamás supo de soledad
de gente, se sintiera acompañada.
Ahora sabe de esa soledad, pero no
de aquella que supo pegársele de
niña: con sombra, con juegos, con
amargos vientos en las piernas, se creía
acompañada, pero era nada
más la rojiza caricia
del sol en la siesta de la chacra.
Da pena el solo pensarlo. Ahora
anda por esos cuartos nuevos y
pone cosas aquí y allá, como si
esas cosas no fueran ella. Como si
fuéramos algo más allá de los objetos:
ese sillón arañado de gatos, las ropas
colgando desoladas en el aire
del patio, el balde de plástico abandono.


Se le llena la cabeza de las voces
del miedo, por eso apela a los juegos
con animales que le saltan y ensucian, ríe
fuerte, alto, piensa en comidas
que hará, en llamar a la radio por quejas
de todos, hace y rehace la cama
que ocupa sola.



Mientras pela redondas papas sucias
de tierra, piensa en cómo, de pronto, todo
se volvió cercano, accesible, incluso
la finitud. Más tarde, come a solas
lo que a solas concibió.


¿Será así? ¿desde ahora todo hacia abajo si
abajo es resignación y vacío y muerte?


Las luces de patios vecinos se han apagado,
ahora ellos, esposos, amantes, niños, duermen
acunados, vigilados por el insomnio
intermitente de quien teme.


Toda quien es madre espera
no estar sola un día, esto no desmiente
las noches en vela, la vida entregada,
el aturullamiento de los sueños.



Ahora,
las plantas son hijos.





TRÍPTICO SINUOSO



1
En el centro de la plaza, los árboles
dan verde al muro que me asfixia,
extranjera, escucho las voces animales
que no entiendo, en un mundo que sigue
siendo ajeno. Los perros se entienden
con los perros, los pájaros con los
pájaros y las hormigas, bien, sólo
trabajan. Voz con voz, voz con silencio,
silencio con voz. Para mí, silencio
con silencio.


2
Ahora hay gentes, cruzan veloces
la grava solidaria, sin reparar en su
ofrenda ni en mí que, de algún modo,
me ofrezco. Otras, dan lecciones de morosidad
a las lenguas que entrecruzan, húmedas,
todos los datos del placer.
Por la noche, recuerdo sus rostros, los
barajo como a gastados naipes oleosos
por el uso. Quiero entender, quiero
entender. Debe haber manera de encontrar
el lenguaje que comparten, no soy perro
no soy pájaro ni hormiga. ¿O sí?


3
Tremola el aire
sonoro en las bocas, escenario
del más opaco dialecto.




REGALOS


1
Te di una piedra, fantástica
combinación de brisa, sol
marino, arena y tiempo.
Y creíste que te daba el corazón.


2
De apuro, con las ruedas de
la bicicleta apenas detenidas,
trajiste manzanas. Y seguiste,
rauda, el camino que no has
de cambiar. Pero, pequeña,
las manzanas eran rojas, brillantes,
abrían su corazón dulce al
mordisco, al ansia, a
la sed de mi urgencia.



LA LLAVE


La miro con detenimiento,
con fruición. Es diferente: brilla
con luz y oscuridad, su forma
quiso parecer un corazón
pero quedó a la mitad.

Sonríe y mira.

"La llave de mi corazón" decís al
ponerla sobre mi mano,
y vuelvo a mirarla por si fuera cierto,
como si sólo debiera elegir
el momento, el modo de la entrada.

Creer en las palabras, en el
latir que las empuja hasta la dicción,
que lo que dicen es cierto,
de alguna manera.
Creer en lo que se ve, en lo que el cuerpo
recibe, agradecido, y que el sudor deja
más que sal piel adentro.

Antes que la religión, el amor
es materia de fe.






Macky Corbalán
Nací en una ciudad patagónica muy particular: se llama Cutral Có (en mapuche, agua y fuego) y acaso esa misma etimología haya signado la vida de quienes tuvimos la dicha de nacer allí. De hecho, en este pueblo nació una de las formas de protesta social más vigentes: el piquete. Entonces, esta que soy: neuquina, geminiana, lesbiana, feminista, únicamente se define –sin dudarlo, sintiéndose contenida en totalidad- como “poeta”.
A lo largo de mi oficio como poeta (unos 25 años) he recorrido el país –en especial, Patagonia- participando de encuentros, festivales y todo tipo de invitaciones; dicté talleres literarios y organicé lecturas colectivas. Asimismo, participé de toda invitación cursada por organizaciones sociales como Madres de Plaza de Mayo, gremios, colectivos obreros (en especial, la lucha de los obreros de la ex Zanón), etc.
Entre los reconocimientos que he recibido elijo mencionar, entre otros, los que siguen:
En 1986, primer premio en el Tercer Concurso Nacional de Poesía "Raúl González Tuñón" con Jorge Boccanera, Hamlet Lima Quintana y Juano Villafañe como jurados. Buenos Aires – Argentina.
En 1987, poemas publicados en la antología Voces a Mano / Antología poética de Neuquén (Ediciones Culturales Neuquinas). Única antología que existe hasta la actualidad, de poesía neuquina contemporánea.
En 1989, invitación especial y participación en el Encuentro Nacional de Poesía, realizado en Capital Federal, organizado por las editoriales Tierra Firme, Ultimo Reino y Liberarte.
En 1992, edición del libro "La Pasajera de Arena". Editorial Tierra Firme.
En 1995, seleccionada para la antología Poesía en la Fisura, realizada por Daniel Freidemberg (Ediciones del Dock) que incluye a poetas de los ’90.
En 1998, invitación especial al prestigioso Festival Latinoamericano De Poesía, ciudad de Rosario (Santa Fe).
En 1999, invitación especial al Encuentro Nacional De Poetas, Tucumán. Organizado por la Universidad Nacional De Tucumán (por invitación del Dr. David Lagmanovich).
* Publicación del libro de poemas "Inferno". Editorial Tierra Firme.
En 2000-2002, participación activa en la fundación de la sede neuquina de la Casa Nacional de la Poesía, con auspicio de la subsecretaría de CULTURA de la Nación.
En 2006, participación en Antología de Poetas de la Patagonia, a cargo de la española Concha García. Centro de ediciones de la Diputación de Málaga.
En 2007, participación en CD Homenaje Madres de Plaza de Mayo de Neuquén.
En 2008, publicación de “Como mil flores”, Hipólita Ediciones (Editorial de mujeres escritoras).
* Seleccionada para participar “Poetas Argentinas (1961-1980)”, Ediciones del Dock.
En 2009, organización y participación en la lectura colectiva “La vida las hace y la poesía las junta”, con la participación de la poeta chilena Malú Urriola y las argentinas Diana Bellesi, Mirta Rosenberg, Alicia Genovese, entre otras.
*Participación con lectura de poemas y ponencia sobre “Mujeres y escritura” en la Feria del Libro de Río Grande (Tierra del Fuego) por invitación especial de la gran poeta Niní Bernardello.
En 2010, participación en el V Festival Internacional de Poesía que se enmarca en la Feria del Libro
*Participación en la “Antología. La poesía del Siglo XX en Argentina” - Casa de América en Madrid (Visor). 




Tomado de http://plebellacontemporanea.blogspot.com.ar/2010/08/macky-corbalan.html

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