miércoles, 4 de febrero de 2015

El de quemarse vivos

"-¿Y el amor? Pero no éste, el de quemarse vivos, el de echar espumarajos por la boca, el de interpenetrarse con el ser amado bajo la noche, al aire libre y que se forme rocío sobre el pelo, y ninguno de los amantes se oxide porque siempre hay más calor bajo el nuevo rocío. Y además están los huesos donde el rocío no puede cuajar, y allí también estallan incendios que no se apagan. Y todo esto puede ocurrir en la arena donde queda dibujado el cuerpo, o en los punzantes campos, o planeando sobre los techos. Y cuando sale el sol aquí no ha pasado nada ¿comprende usted? sólo el amor lo pudo."


Armonía Somers, en Sólo los elefantes encuentran mandrágora.

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