martes, 7 de abril de 2015

Una soledad de espinas

MALÚ URRIOLA



Yo me fui mucho antes, a tientas y perdida.
Tanto quería alejarme que me ha partido el día
en dos partes iguales de fiebre y despedidas.

No nací para quedarme en más alma que la mía,
ni para darte lo que no te daría.

Llevo un poncho de noche y una soledad de espinas.
Puedo besarte el alma pero jamás me quedaría.
Me esperan los rosales, las moras, las ondinas,
la suerte de los perros, los chaguales, las estrellas marinas.

Yo no nací para quedarme, vida de mi vida.

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