domingo, 31 de agosto de 2014

Y venderle a Dios lo que le diablo no compre

VICENTE LUY



Venderle el alma al diablo? Sí, pero cara.
Y si se puede, venderle también otras cosas.
Y venderle a Dios lo que el diablo no compre.

* * * * * * *

Inconcientemente vamos por un camino, y concientemente
nos ponemos a buscar otro camino, en vez de hacer
conciente el camino por el que vamos.

* * * * * * *

Llueve, y alguien está diciendo "llueve". Si me equivoco
contradiganme con amor, porque con amor digo.
Si erro ponganme maestros, que luego yo les enseño,
porque con amor hago.
O ustedes, ¿por qué creen que llueve; porque hace falta?
¿creen que llueve porque sí? ¿por qué carajo creen que
llueve?
Llueve; y no sólo eso; la verdad es que hay un montón
de gente diciendo "llueve".
De a uno empiezan a notarlo, y no lo pueden evitar,
simplemente dicen "llueve".
Porque llueve.
Si me equivoco contradíganme con amor, porque
con amor digo .-

* * * * * * *

Un camino, para un loco, es una piedra más en el camino.

* * * * * * *

Por romper las reglas a Adán lo echaron del paraíso.
Yo reivindico eso.
¿Que clase de edén es ese
que hay cosas que no se pueden hacer?

* * * * * * *

Nosotros, demasiados rebeldes
para tan pocas revoluciones.

* * * * * * *

¿Tus palabras no atraviesan las paredes?
Modifica tus palabras.

* * * * * * *

Terminada la conversación alguien se nos acerca, camina con
nosotros.
(A mí)
- Y usted, ¿a que se dedica?
- Soy poeta.
- Hmm (demostrando interés) ¿y de qué escribe?
- Cualquier cosa. Nada es importante.


Vicente Luy (1961-2012)

jueves, 28 de agosto de 2014

Yo que tengo los pies de plomo


LA LEVEDAD DEL PÁJARO


LAURA CASIELLES


Aprender la levedad del pájaro.
Sacar los pies del nido y encontrar
que fuera el mundo es limpio
y el cielo es amplio
y no nos queda nada
por lo que valga la pena no amar.
Aprender
la levedad del pájaro. Respirar.
Sentir cómo pasa el aire
por todas las esquinas del cuerpo,
lo más parecido a volar
que puede hacer una mujer
como yo,
con el corazón
pegado a la tierra.
Desafiar
la gravedad
como quien desafía
una norma, aprender
la levedad del pájaro.
Olvidar que las cosas pesan
y echarlas al aire,
quedarse quieta y ver
cómo les nacen alas.
Lo más parecido a volar
que puedo hacer,
yo que tengo
los pies
de plomo.
Aprender
la levedad
del pájaro.
*


Laura Casielles (Pola de Siero, Asturias, España, 1986)
de Los Idiomas Comunes, Hiperión, 2010

miércoles, 27 de agosto de 2014

Qué puede hacer un gato

Un gato en un piso vacío


Wislawa Szymborska 


Morir, eso no se le hace a un gato.
Porque qué puede hacer un gato
en un piso vacío.
Trepar por las paredes.
Restregarse entre los muebles.
Parece que nada ha cambiado
y, sin embargo, ha cambiado.
Que nada se ha movido,
pero está descolocado.
Y por la noche la lámpara ya no se enciende.
Se oyen pasos en la escalera,
pero no son ésos.
La mano que pone el pescado en el plato
tampoco es aquella que lo ponía.
Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.
Se ha buscado en todos los armarios.
Se ha recorrido la estantería.
Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado.
Incluso se ha roto la prohibición
y se han desparramado los papeles.
Qué más se puede hacer.
Dormir y esperar.
Ya verá cuando regrese,
ya verá cuando aparezca.
Se va a enterar
de que eso no se le puede hacer a un gato.
Irá hacia él
como si no quisiera,
despacito,
con las patas muy ofendidas.
Y nada de saltos ni maullidos al principio.




- Wislawa Szymborska
(Traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia)

martes, 26 de agosto de 2014

Mientras rajan la tierra la construyen

BESO


Susy Shock


Besarse en los rincones oscuros
besarse frente al rostro del guarda
besarse en la puerta de la Santa Catedral de todas las Canalladas
besarse en la plaza de todas las Repúblicas
(o elegir especialmente aquellas donde todavía te matan por un sodomo y gomorro beso)
besarse delante de la foto del niño que también fuí
(y sentir que me hace un guiño para que siga, que no pare, que no interrumpa, porque le gusta ese beso…)
besarse sabiendo que nuestras salivas arrastran besos denegados/ opacados/ apagados/ cercenados/ mutilados/ hambrientos/ que no son solo los nuestros
que tu labios y los míos mientras rajan la tierra la construyen
y hay una historia de besos que el espanto no ha dejado ser
y que por eso te beso
lxs beso
me besás
besaremos
por eso el beso
beso


de RELATOS EN CANECALON
Ediciones "Nuevos Tiempos"
para "que otros sean lo Normal"

domingo, 24 de agosto de 2014

Se pasea en cursiva del baño al dormitorio

SALPICA


Batania/ Neorrabioso



Llevo seis días viviendo como una mosca llena de cebras furiosas.
Hay una mujer en mi casa.
Se pasea en cursiva del baño al dormitorio
y me va soltando toda su belleza de golpe.
Le digo que no salpique, pero no me hace caso.
A veces ríe, y llena el suelo de escarolas.
Una mujer en mi casa. Rusa. Torcaz. Exclamativa.
La conocí el domingo. Llegó a las diez de la noche
y a las once ya había ocupado todo mi cerebro.
Primero me alcanzó la mente y después me alcanzó
los labios.
Una mujer. Que no se vaya. No importa que salpique.
No puede irse.
Y yo que decía que el amor eran dos idiotas
mirando su reflejo idiota sobre una pompa de jabón idiota.
Y yo que decía que la felicidad no se puede sentir,
que solo se recuerda…

jueves, 21 de agosto de 2014

Mi alegría es digna de verse

La literatura en serio


Juana Bignozzi



Como sufro y me aburro resulto bastante divertida,
a veces represento situaciones,
la mujer comprensiva, el hombre triste;
como no tengo sentido de la oportunidad,
puedo interrumpir la mejor escena de amor,
y para que nadie dude de mi inteligencia,
me ocupo de problemas casi ridículos.
Rodeada de gente que espera cosas de la vida
o practica la tragedia,
mis explosiones de júbilo son bastante frecuentes,
y como me regalo horizontes, cucharas que vacían mi corazón,
casi siempre estoy triste,
por eso mi alegría es digna de verse.

La paz consigo misma sería una guerra sin fin

Soy una mujer sin problemas


Juana Bignozzi

Todos lo saben
y entonces buscan mi compañía para charlar por las noches.
Sin embargo yo conozco a alguien que quiere morir en paz consigo mismo
y me produce estremecimientos, insomnio, soledad,
porque la paz conmigo misma sería una guerra sin fin,
dos o tres asesinatos inevitables y alguna entrega desmedida
que no entra en mis planes.
Sin embargo yo sueño por las noches
con un jardín inmenso donde los muertos se levantan para saludarme;
yo sueño con un hombre que me inquieta y como lo ignora
me habla amigablemente del resto del mundo
y de mis múltiples amores, tan simpáticos,
tan apropiados como tema de conversación.


domingo, 17 de agosto de 2014

Yo era un bosque de fresas

50



Siempre le pedía fresas a mi madre
y mi madre me gritaba
las fresas en mayo las fresas
en mayo.
Y cuando mayo llegaba
yo era un bosque de fresas
y en las piernas fresas
y en las muñecas
y en el puente de la risa.
Pero desde que la ingeniería genética
ha demostrado
que las fresas antiguas se equivocaban,
tengo fresas de enero a diciembre,
el lunes y el martes,
el miércoles
y el remiércoles
y también el 107 de abril.
Y ahora todo me es
un cansancio de fresas
y un tres por dos
y un bah
y un dejadme en paz.



BATANIA/NEORRABIOSO, Las fresas, La poesía ha vuelto y yo no tengo la culpa, Madrid, 2014, pág. 62

sábado, 16 de agosto de 2014

Espantando a la muerte con ritos caseros

La cura



José Watanabe




El cascarón liso del huevo 
sostenido en el cuenco de la mano materna 
resbalada por el cuerpo del hijo, allá en el norte. 

Eso ví: 
una mujer más elemental que tú 
espantando a la muerte con ritos caseros, cantando 
con un huevo en la mano, sacerdotisa 
más modesta no he visto. 
Yo la miraba desgranar sobre su regazo 
los maíces de la comida 
mientras el perro callejero se disolvía en el relente del sol 
lamiendo 
el dolor arrojado a la tierra 
junto con el huevo del milagro. 
Así era. La vida pasaba sin aspavientos 
entre gente parca, padre y madre 
que me preguntaban por mi alivio. El único valor 
era vivir. 
Las nubes pasaban por la claraboya 
y las gallinas alineaban en su vientre sus santas ovas 
y mi madre esperaba nuevamente el más fresco huevo 
con un convencimiento: 
la vida es física. 
Y con ese convencimiento frotaba el huevo contra mi cuerpo 
y así podía vencer. 
En ese mundo quieto y seguro fui curado para siempre. 
En mí se harán todos los milagros. Eso ví, 
qué no habré visto. 


José Watanabe, de su libro "Historia natural"

viernes, 15 de agosto de 2014

Viola volcánica

Defensa de Violeta Parra




Nicanor Parra

Dulce vecina de la verde selva
Huésped eterno del abril florido
Grande enemiga de la zarzamora
Violeta Parra.
Jardinera
locera
costurera
Bailarina del agua transparente
Árbol lleno de pájaros cantores
Violeta Parra.
Has recorrido toda la comarca
Desenterrando cántaros de greda
Y liberando pájaros cautivos
Entre las ramas.
Preocupada siempre de los otros
Cuando no del sobrino
de la tía
Cuándo vas a acordarte de ti misma
Viola piadosa.
Tu dolor es un círculo infinito
Que no comienza ni termina nunca
Pero tú te sobrepones a todo
Viola admirable
Cuando se trata de bailar la cueca
De tu guitarra no se libra nadie
Hasta los muertos salen a bailar
Cueca valseada.
Cueca de la Batalla de Maipú
Cueca del Hundimiento del Angamos
Cueca del Terremoto de Chillán
Todas las cosas.
Ni bandurria
ni tenca
ni zorzal
Ni codorniza libre ni cautiva
solamente tú
tres veces tú
Ave del paraíso terrenal.
Charagüilla
gaviota de agua dulce
Todos los adjetivos se hacen pocos
Todos los sustantivos se hacen pocos
Para nombrarte.
Poesía
pintura
agricultura
Todo lo haces a las mil maravillas
Sin el menor esfuerzo
Como quien se bebe una copa de vino.
Pero los secretarios no te quieren
Y te cierran la puerta de tu casa
Y te declaran la guerra a muerte
Viola doliente.
Porque tú no te vistes de payaso
Porque tú no te compras ni te vendes
Porque hablas la lengua de la tierra
Viola chilensis
¡Porque tú los aclaras en el acto!
Cómo van a quererte
me pregunto
Cuando unos tristes funcionarios
Grises como las piedras del desierto
¿No te parece?
En cambio tú
Violeta de los Andes
Flor de la cordillera de la costa
Eres un manantial inagotable
De vida humana.
Tu corazón se abre cuando quiere
Tu voluntad se cierra cuando quiere
Y tu salud navega cuando quiere
Aguas arriba
Basta que tú los llames por sus nombres
Para que los colores y las formas
Se levanten y anden como Lázaro
En cuerpo y alma.
¡Nadie puede quejarse cuando tú
Cantas a media voz o cuando gritas
Como si te estuvieran degollando
Viola volcánica!
Lo que tiene que hacer el auditor
Es guardar un silencio religioso
Porque tu canto sabe adónde va
Perfectamente.
Rayos son los que salen de tu voz
Hacia los cuatro puntos cardinales
Vendimiadora ardiente de ojos negros
Violeta Parra.
Se te acusa de esto y de lo otro
Yo te conozco y digo quién eres
¡Oh corderillo disfrazado de lobo!
Violeta Parra.
Yo te conozco bien
hermana vieja
Norte y sur del país atormentado
Valparaíso hundido para arriba
¡Isla de Pascua!
Sacristana cuyaca de Andacollo
Tejedora a palillo y a bolillo
Arregladora vieja de angelitos
Violeta Parra.
Los veteranos del Setentainueve
lloran cuando te oyen sollozar
En el abismo de la noche oscura
¡Lámpara a sangre!
Cocinera
niñera
lavandera
Niña de mano
todos los oficios
Todos los arreboles de los crepúsculos
Viola funebris.
Yo no sé qué decir en esta hora
La cabeza me da vueltas y vueltas
Como si hubiera bebido cicuta
Hermana mía.
Dónde voy a encontrar otra Violeta
Aunque recorra campos y ciudades
O me quede sentado en el jardín
Como un inválido
Para verte mejor cierro los ojos
Y retrocedo a los días felices
¿Sabes lo que estoy viendo?
Tu delantal estampado de maqui.
Tu delantal estampado de maqui.
¡Río Cautín!
¡Lautaro!
¡Villa Alegre!
¡Año mil novecientos veintisiete
Violeta Parra!
Pero yo no confío en las palabras
¿Por qué no te levantas de la tumba
A cantar
a bailar
a navegar
En tu guitarra?
Cántame una canción inolvidable
Una canción que no termine nunca
Una canción no más
una canción
Es lo que pido.
Qué te cuesta mujer árbol florido
Álzate en cuerpo y alma del sepulcro
Y haz estallar las piedras con tu voz
Violeta Parra.
Esto es lo que quería decirte
Continúa tejiendo tus alambres
Tus ponchos araucanos
Tus cantaritos de Quinchamalí
Continúa puliendo noche y día
Tus tolomiros de madera sagrada
Sin aflicción
sin lágrimas inútiles
O si quieres con lágrimas ardientes
Y recuerda que eres
Un corderillo disfrazado de lobo.

jueves, 14 de agosto de 2014

Barro los pisos



El arte de lo infinito

Barro los pisos
de dolores y alegrías
hechos polvo. Yo ensayo:
cansancio en lo que no
descansa. Soy posible
mientras barro alerta
a la puerta por donde
saldré cuando me vaya, aunque
sea ida siguiendo otro deseo
por delante. Semejante
a mi propia imagen, excedida
en el polvo disperso, vuelta
a juntarme. O bien,
venida aquí, creo desde ya
que aquí es mi casa y yo
he vuelto, no pregunto
por después, cuido la llama
del aliento, el gesto disuelto,
hecho polvo, barro
en silencio.


Mirta Rosenberg
(de Paisajes, 1984)
*Poetas Argentina (1940-1960); Compilación y prólogo: Irene Gruss; Ediciones del Dock, 2006.

Tentáculos más o menos visibles atan a una palabra a la otra


El juego de las etimologías


14-08-2014 | 


Publicamos el prólogo escrito por Gonzalo Aguilar a Palabra Desorden, de Arnaldo Antunes (Caja Negra).

Por Gonzalo Aguilar.


antunesEl poeta es un cazador de etimologías. De etimologías falsas pero que se vuelven poderosas por acción de la poesía. ¿Qué etimología, en última instancia, no tiene algo de embeleco, de prueba fraguada, de invención, pese a que el significado de etymon, de donde proviene la palabra etimología, es “verdadero”? Como si remontando el río del lenguaje pudiéramos llegar a los orígenes donde se devela la verdad todas las palabras. Ya Sócrates en el Cratilo, en uno de los pasajes más enigmáticos de sus diálogos, juega con las etimologías de las palabras y los lectores no saben si se trata de la naturaleza de la verdad o de la verdad de la ironía. La palabra “dioses” (theoí ), por ejemplo, vendría de “correr” (theín) que es lo que percibían los hombres en la naturaleza (el sol, la luna, las estrellas, el cielo corren). Más allá de las argumentaciones filosóficas, Sócrates se revela aquí como un verdadero poeta: se interna en el lenguaje como en una red de sentidos que reconducen unos a otros no solo por los significados sino también por los sonidos, las letras, los ritmos, los parentescos, los azares. Una oscura en la que, según Sócrates, “el lenguaje señala, rodea y recorre siempre todo y es doble, verdadero y falso”.
Arnaldo Antunes, qué duda cabe, también es un cazador de etimologías pero no se preocupa por el origen sino por el parentesco y no navega hacia el pasado remoto sino que juega con las consecuencias, los efectos, los desenlaces (se inclina más por el humor que por la ironía). Agrupa palabras que se asemejan sea por su sonido, por su diseño, por su sentido, por la sintaxis que las agrupa. Etimología de río: ir. De psiu: psia. De incerto: incéu. Lo casual se transforma en sorprendente y necesario. Y en el juego de la sintaxis y las definiciones: “El grillo es el pececito del sapo. El silencio es el de la charla. El bigote es la antena del gato. El caballo es pasto de garrapatas. El cabrito es el cordero de la cabra”. Siguiendo el hilo extraño de la relación entre etimología y traducción, Ivana Vollaro y Reynaldo Jiménez siguen a la caza del snark: incierto e incielo, “pececito” (“peixinho”) que pasa de “grillo” (“girino”), en la traducción, a “sapito” con quien se asemeja por el sonido.
Estos conjuntos constan de dos palabras y en algunos poemas hasta de una sola y esto es así porque nunca hay una palabra absolutamente aislada: “La cosa en sí no existe”, escribe Antunes. Debajo de cada palabra, detrás o al lado, tentáculos más o menos visibles atan a una palabra a otras (así como no se puede aislar una cosa, porque apenas se la aísla el mundo entra en ella). Una palabra remite a otra, toda palabra tiene etimología, cualquier palabra es un nudo de relaciones. Las relaciones, en la poesía de Antunes, se dan según cuatro modalidades: el verbo ser, la repetición, la palabra como cosa y la fluctuación humorística.
El verbo ser en tercera persona retorna una y otra vez en los poemas de Antunes. La palabra “é” que por un lado remite a lo central y dominante de la cultura occidental (la identidad y la verdad) y que por otro, por ser una sola letra, una vocal, se mezcla con otras palabras, se diluye, hace encabalgamientos (la observación no vale para el castellano). Esta última opción es la que usa Antunes poniendo en suspenso e impugnando todas las identidades. Ya sabemos que “el bigote es la antena del gato”, que “El Sahara y el Polo son ______s fríos”, que “lo que no puede ser que no es lo que no puede ser que no es lo que no puede ser que no es”. O en otra lectura, “puede ser que no es lo que no puede ser que no es lo que no puede ser que no es lo que no” y así en innumerables comienzos.
La repetición se irradia en todos los sentidos y vacía la unicidad de la afirmación de identidad del ser. O, en términos sintácticos, semánticos, gráficos, sonoros o visuales, la repetición se impone con una constancia tal (la repetición se repite, no deja de repetirse) que hace aparecer todas las diferencias. Como un niño, el poeta Antunes experimenta y aprende con las semejanzas y la reiteración. El ser no es una identidad sino una atribución giratoria, rotativa, hipnótica. Toma la palabra como un cosa (la palabra es una cosa) y la extrae del uso cotidiano del intercambio para entregarle al libre uso del juego. De ahí la risa liberadora que provocan los poemas dePalabra desorden.
La etimología de humor no es la palabra latina umor (líquido, humedad) sino, como quería Oswald de Andrade, la palabra amor. Amor = Humor. Con esa hañadida que ya no es etimológica sino histórica, resto visual que Antunes literalmente escribe –con tinta que se chorrea– en “hentre / hos / hanimais / hestranhos / heu / hescolho / hos humanos” (“hentre / los / hanimales / hextraños / yo / hescojo / los / humanos”). La fluctuación humorística se desplaza entre letra y letra, entre repetición y repetición, “entre labio y labio”, “entre parte y parte”.
Arnaldo Antunes nació en San Pablo en 1960. En los años cincuenta el movimiento de poesía concreta cambió la fisonomía de la ciudad paulista y de la literatura brasileña. En los años sesenta Paulo Leminski declaró que era más concreto que los concretos,
porque ellos se habían hecho concretos mientras él ya había nacido concreto. Hacia final de la década, Caetano Veloso y Gilberto Gil entraron en diálogo con Décio Pignatari, Haroldo y Augusto de Campos durante los agitados días de la aventura tropicalista. Cuando Antunes irrumpió en el mundo del arte, de la mano del grupo de rock Os Titãs, la combinación de sofisticación y naturalidad ya era una marca de la cultura popular brasileña. Su primer disco con el grupo, de 1984, en tiempos de retorno de la democracia y de explosiones de una juventud que se volcaba hacia el rock como medio de expresión, tuvo una salida casi simultánea con su primer libro de poemas: Ou e de 1983. Desde entonces, una misma energía recorre todos los actos de Arnaldo: sea en las fiestas descontroladas y paganas de Os Titãs que después se continuaría en sus discos solistas y en el antimovimiento de Os tribalistas con Marisa Monte y Carlinhos Brown, sea en sus performances y obras visuales, en las instalaciones y videos, sea en sus libros de poesía (que a esta altura suman más de diez títulos) o en las revistas de las que participó (como en la mítica Artéria), una energía atraviesa todos esos mundos con tanta fuerza que hace a las diferencias entre las distintas prácticas operativas a la vez que inútiles. ¿Qué es, entonces, Arnaldo Antunes? ¿Poeta, músico, cantante, recitador, artista visual, dibujante, performer ? Nada de eso, Arnaldo Antunes es.
En el camino de la poesía, Arnaldo se encontró con sus traductores al castellano. Lo que el lector tiene entre las manos es una traslatio subspecie amicitiae. Ivana Vollaro es artista visual y expone en las galerías paulistas. Reynaldo Jiménez es poeta, compilador de la conocida antología de poesía barroca hispanoamericana y editor de la revista y el sello editorial tsé=tsé, que fue responsable por la introducción de varios de los mejores poetas brasileños contemporáneos en nuestro país. La fórmula traslatio sub specie amicitiae no expresa el hecho de que Ivana, Arnaldo y Reynaldo sean amigos sino que la traducción forma parte de un proceso de intercambios en el que se percibe la marca de la amistad, del diálogo, de los hallazgos en común. En algunos casos cosoluciones más felices y a la vez más fieles que las del original como en “Todooutodo”. En otros, con un respeto por el trazo del otro que el valor que tiene en Arnaldo la página como soporte.
Palabra desorden es un libro pero es más que eso: es una cosa. Está ahí, tiene volumen, textura, duración –como dice Arnaldo en su poema “As coisas” que musicalizó Gilberto Gil. Se mete entre los libros de la biblioteca argentina, entre las cosas locales que nos rodean y respira. Es algo tan extraño a esas otras cosas, a esas tradiciones, que uno se ve tentado a denominarlo un objeto no identificado, que es como los brasileños denominan a los ovnis. Uno lo imagina en el estante y no puede dejar de pensar en el contagio, en la invitación risueña que le hace a los demás libros para que, por un instante, se entreguen al orden del desorden.


Tomado del blog de Eterna Cadencia

Ampliaciones y proyectos

Cuando empecé este blog necesitaba algo pero no sabía exactamente qué. Tenía relación con la poesía pero cómo. Venía con poemas y poetas pero cuáles, dónde, para qué. Hace unos días pensé que era una verguenza, una lástima, un dolor, un agujero, que no existiera más Diario de poesía ni publicación similar, que los poetas y los lectores de poemas no tuvieran qué ir a buscar ansiosos al kiosco (más allá de que hace rato tengo un conflicto con las publicaciones diarias y periódicas que no llenan mis expectativas (las domingueras y las otras)). Será que estoy cursando una materia sobre revistas literarias y da mucha pena comparar nuetra época con los años 20 y siguientes entre debates literarios. Será que salió un número especial de Poesía de La Balandra pero se trata de una revista exclusivamente de narrativa. La cosa es que, a partir del post que sigue, el post futuro que ya tengo en copi/past esperando, decidí que "algún día", pronto, quiero hacer una revista de poesía: con artículos críticos sobre poesía, dossier de inéditos y/o olvidados, dossier de superfamosos, dossier de menospreciados, reseña de libros de poemas, con besos y flores a los amigos y amigas. Por ahora este blog crece un poquito: Hasta ahora tenía un poema por entrada de una poeta mujer cada uno. Ahora se suma un prólogo de un libro de poesía portuguesa de un poeta varón que no leí nunca pero que Gonzalo Aguilar, de mis últimos amores académicos, presenta genialmente en el texto que ya te pego acá arriba (Loca lateralidad, linealidad o lo que sea del blog. No me pidan coherencia estricta)