viernes, 28 de agosto de 2020

Una de esas playas donde todo es doloroso

 

Francisca Pérez Morales: selección del poemario Taenia

Francisca Pérez Morales (Santiago, 1998) Joven poeta chilena, ha logrado desde temprano importantes reconocimientos como el primer lugar en el Tercer Concurso de Poesía Juvenil de la Fundación Pablo Neruda, 2015. Fue también Becaria en el taller de la misma Fundación al año siguiente. Mención Honrosa en el concurso Roberto Bolaño, categoría poesía, año 2016. En la actualidad se encuentra estudiando Licenciatura en Lenguas y Literatura Hispánica en la Universidad de Chile

 

A continuación los dejamos con la segunda parte de su poemario Taenia

ESCOLEX 

V. Usted no puede ver

cuando le abrazo la boca del estómago

con mis segmentos

 

un niño le aprieta las rodillas

su hueso se parte de repente en una playa.


VI.  Usted nos llevó a una de esas playas

donde todo es doloroso

 

me sacaste los broches del vestido

que se derrama en las olas

te enterraste en cada ojo

las puntas de una crisálida de plata.


VII. Usted me compró un espanta cuco

que no tenía pilas

abrir la base y poner doble A

 

Abra bien los ojos

Abra bien las piernas.


VIII. Una sola noche pude verla en sueños

la vi caer en el intestino grueso

tenía mil rostros

y todos se parecían al mío

 

subimos por la tráquea

nos gusta

la huella amarga del café

reposamos un tiempo

bajo las cuerdas

 

intentamos cantar una canción de cuna


IX. El padre nos expulsa

la casa de carne entra en emergencia

nos llevan a una sala muy blanca

convulsiones

el pez de la recepción tuerce la cara

 

luz negra

 

espejos que no reflejan baños

la cama es plástica

las manos que nos rozan son de metal.


 

X. Salir del padre

soñar que uno nace

soñar que se es niño

mi deseo siempre fue

salir del vientre de algún hombre

 

el padre no detiene sus contracciones

que se clavan en mis oídos

en mi cráneo que se abre paso

por entre sus músculos

un brazo atorado en el esternón

desde afuera se escucha

el roce de los poliedros

 

romper la matriz

abrir huesos

rasgar pulmones

reventar órganos falsos

tomar la ternera por los cuernos me dices

tomar al cordero por las costillas

arrugarse en la baldosa

planaria

difuminarse en una lámina

de hierro estéril

el torrente sanguíneo me lleva

madre escucha de aquí nadie sale

ni siquiera puedo sacar las ventosas

para respirar

 

asomar mi cabeza

por el agujero de su ombligo.

 

Esa isla del humo y de la música

 TEXTOS DE POESÍA

Seis poemas de Old Music Island

 • Viernes 17 de agosto de 2018

Odette Alonso es natural de Santiago de Cuba y reside desde 1992 en México. En 2000 publicó en Editorial Letralia su libro Linternas. Con su poemario Old Music Island obtuvo en 2017 el II Premio Nacional de Poesía LGBTTTI, que se convoca en Zacatecas, y cuyo jurado indicó que el libro había sido escogido por “la virtud del ritmo como característica fundamental” y por la amplia capacidad de recursos literarios que le dieron uniformidad.

 

Old Music Island
Odette Alonso
Poesía
Etalcontenidos
Ciudad de México, 2018
ISBN: 9786079807672
46 páginas

El miedo

Ese hilo
va sacando de mi boca
viejas canciones
un sueño de alfileres.
Éramos rumor de telas
y lavanda
una suerte de celaje.
Fumábamos boquillas mentoladas
y yo usaba los sacos de mi abuelo
y su colonia.
A medias
la risa se transforma en una mueca
pero apretar tu mano
aleja el miedo.

 

El ensayo

Bailamos
mi lengua dibuja planetas en tu piel
mis manos no pueden detenerse en tu cintura.
Hueles a mieles
a polvos de la buena novedad.
Tu hombro es la pulpa de la fruta
donde clavar mis dientes
un río caudaloso mi saliva en tu boca.
Es un reto la tibieza de tu cuerpo.
Todos los ojos posados en la danza
desaparecen
cuando rozo tus labios.

 

Punto cero

Una saeta me apunta desde el rabillo del ojo
tu perfume da a la tarde un sinsentido.
De un hilo cuelga el beso
de esa línea invisible trazada sobre el aire
como el vuelo de un insecto.
¿Puede llamarse beso
a ese destello
alejado de los labios
que se muerden
del ardor que evoca esa palabra?
El tiempo pasa
sobre las dos
inalterable.
Este es el punto cero del amor.

 

Veneno

El veneno ha sido inoculado
un par de gotas fueron suficientes.
Puedes tratar de huir
correr el resto de la noche
el resto de la vida
y no te habrás movido de ese sitio.
Mi lengua seguirá susurrando
las palabras que no quieres oír
y no habrá salvación ni desmemoria.
Es demasiado tarde.

 

Artificio

En los trenes
ese íntimo suceso
quiso ser carne.
Cuántas noches
al llegar a la estación
miré tu boca
cuántas veces quise alargar ese segundo
con un beso que no fuera despedida
cuántas horas después
en la semioscuridad
dije tu nombre.

A plomo cae el sol
sin sordina los ruidos
los olores
el sudor de la hora en las axilas
anegando la frente.
Adentro
la tarde transcurre a nuestro tiempo
una burbuja el viernes
esa terraza
tú y yo.

Danza sobre mi cuerpo
espíritu de nube.
Marca a tu gusto las señales
en el itinerario
toma lo que desees:
el agua
los elíxires
la risa que no acabe.
Déjame la poesía
ese artificio

 

Music Island

A mis amigas de 5 de Febrero

Toda música es ayer
nos antecede el canto de la cítara
se impregna en las paredes
en medio de la nada.
Toda música
es un juego de espejismos
una moneda antigua
girando
en la entretela de lo que atravesamos.
Ocurrirán
en la víspera
las reverberaciones
los abismos
el vuelo de los pájaros
que salen de tu boca
y nos llevan
a esa isla del humo
y de la música.

Ver las horas regresar a su tumulto

 Odette Alonso


Reseña biográfica

Poeta y narradora cubana nacida en Santiago de Cuba en 1964.
Obtuvo su Licenciatura en Filología por la Universidad de Oriente, Cuba, y luego viajó por varios países
de América radicándose definitivamente en México desde 1992.
Gracias a su intenso y productivo trajinar literario su obra ha sido incluida en varias antologías, revistas
y publicaciones culturales de Cuba, México, Estados Unidos y Canadá. Es miembro de la Unión de Escritores
y Artistas de Cuba, de la Unión de Mujeres Escritoras de las Antillas y editora de la antología Las cuatro puntas del pañuelo,  
Poetas cubanos de la diáspora
, con el que que obtuvo uno de los Premios 2003 de Cuban Artists Fund, con sede
en Nueva York.
Ha publicado: «Criterios al pie de la obra», Premio Nacional 13 de Marzo 1988, «Enigma de la sed» 1989,
«Historias para el desayuno»,  Premio de poesía Adelaida del Mármol 1989, «Palabra del que vuelve»,
Premio de poesía Pinos Nuevos, Cuba 1996
, «Linternas» 1997,  «Onírica, última función» 1999,
«Insomnios en la noche del espejo», Premio Internacional de Poesía Nicolás Guillén 1999,
«Visiones Prosa poética» 2000, «Antología cósmica de Odette Alonso» 2001, «Cuando la lluvia cesa» 2002
y «Diario del caminante» en 2003. ©




Antesala del miedo


Supe de la neblina
y salí al mundo.
El miedo era un planeta extraño
verte venir desde la acera opuesta
toda tu luz burlando el mediodía.
Yo que apuré el asfalto
todo el viento del mundo reteniéndome.
De qué sirve el amor
qué extraña esencia nutre su llegada
para que se convierta en una espera
en una melodía.
Calle para mis pasos
y el mar que desemboca a la vuelta de tus ojos
como el deseo de ser mar
encrucijada.
Qué luz viene de ti que me enceguece.
No puedo darte la felicidad sino su anverso.
Voy a decir amor trazo de sombra y no te marches.
El miedo es un planeta absurdo y cierto.

 


 


Bailarina

Saltó desde mi ojo a la ventana
desnuda está en la acera mojada a la intemperie
bajo una luna extraña.
De pronto ya no baila
me sigue el rastro ajeno taciturno
la ira del zapato sobre el lomo.
Salta la bailarina
me recorre la espalda
habla de Irlanda en mis hombros y no entiendo
la hago saltar a punta de pistola
dolor para gritar malas palabras
y no aguantar ni un poco
y no tener piedad.
Gritar para que salte disparar
y ver su cuerpecito llevado por el aire
danzando a contraluz.

 

 


Balcón al mar

Llego a tus costas
como al reverso menos cruel de la moneda
y tengo todo el tiempo para amarte
aunque el amor no sea más que alguna carta
a veces una espera.
Me desvisto en el muelle
me deslumbro
tiendo mi mano para hallar otra respuesta
y allí estás tú
allí vuelvo a encontrarte
toda tu firma voluntad sobre mis huesos.
La Habana
al otro lado
es una mancha
una extensa muchacha de luces en la espalda
siempre llena de veredas y centauros.
Porque no soy igual a los demás es que te amo
cuando la muerte es una rosa de los vientos
un golpe de suerte
una limpia palmada sobre el hombro.
Porque no soy igual a los demás es que te canto
que asciende mi canción buscando un puerto
un balcón frente al mar
donde dejar mi mano
donde dejar toda mi voz a buen recaudo
sobre el reverso menos cruel de la moneda.
 

 




Caja de música

                                         A Veleta. A Piri

Alza la tapa.
Escucha.
La música será como un alivio
como un bálsamo azul
como un portazo y luego este silencio.
Los amigos se fueron
perdieron el camino y los recuerdos.
Sólo queda esa música.
Alza la tapa y oye.
Piensa que ellos han vuelto y empujarán la puerta
que traen los rones viejos y la inconformidad
que bailarán de nuevo aquella melodía
aunque no sea igual
aunque no lleguen nunca
aunque alces la tapa y no suene la música.

 




Canción del manso pastorzuelo

Ella alzaba el martillo
y lo dejaba caer una vez y otra vez sobre mi frente
luego abría las piernas
y yo volvía a entrar en un mundo cercano a la esperanza.
Decía las manzanas la luz el precipicio
y dejaba mi cuerpo enlodarse en la pendiente.
Mentira tras mentira
levantamos la casa y acunamos al hijo
soñamos un futuro que supimos incierto.
Yo cortaba la leña
y encendía la hoguera que me consumiría
yo le decía amor
y esperaba anhelante la primera patada
o el beso más certero.
Oteaba la llanura desde lo alto
veía con envidia a las ovejas descarriarse
y regresaba manso al calor de su falda.
Lloré todas las noches
un llanto recalentado y torpe
y así la vi partir
sin voltearse a mirar el humo de la choza.

 

 

En el puente

                                                                        A Dora


Al extremo del puente la luz es más intensa
enceguece la luz     cambia nociones.
Las brújulas atrofian su certeza
los mapas desdibujan sus contornos
la noche apaga la verdad del firmamento.
Sólo queda un camino     lleva al final del puente.
Basta extender las manos y preparar el salto
caer hacia el abismo luminoso de tus ojos.

 

 

Eva o el pecado original

Nada fue como dicen.
Yo descubrí mi cuerpo mojado en la maleza
y lo empecé a palpar.
Era mi cuerpo solo el que se hinchaba
inflamada mi vela.
No supe qué corría por mi vientre
trepaba hasta mi pecho
enceguecía.
Tuve miedo y grité
tuve miedo y rodé por la maleza.
Era fuego era sangre era lava de volcán
era espejismo.
No supe qué pasaba y tuve miedo
pero dejé rodar mi cuerpo y la llovizna
y algo estalló vibrante quién sabe en qué recodo.
Después dormí tranquila
un tiempo inexplicablemente largo.
Después quizás llegara Adán pero ya no lo vi
otra vez la llovizna humedeció mi cuerpo
y me sentí gritar.





Fábula del aguador y la ciudad de enfrente

                                        Ella confunde la piel con algún río
                                y al corazón con la ciudad de enfrente
                                                                                      F. A. Dopico


Ella confunde la piel con un estanque
canta junto a mi oído su vieja melodía.
Yo le traía el agua
vaciaba la botija en sus arenas
mitigaba su sed.
La sed mi corazón en la ciudad de enfrente
un río subterráneo para mis pies cansados.
Yo ganaba su sed
y me iba a buscar frutas al pie de la montaña
para escanciar el néctar sobre sus dientes nuevos.
Un día no volví
al pie de la montaña era el abismo
pozo donde caer agua que hierve.
Ella confunde el corazón con una espera larga
canta junto a la fuente
espera por las aguas que no llegan.
Oh mi ciudad dormida
qué silbido recuerda a las aguas de antaño
que corriente vendrá de nuevo a tus orillas.

 




Helena o la otra cara del silencio

Sentada ante la rueca
Helena piensa en Paris.
Sus hijos crecen
y Menelao dormita entre las mantas
en un rincón desde donde la mira a veces.
Ella hilando la rueca
está pensando en Paris
la hermosura y el pánico
y tal vez una lágrima o un pálpito
mientras el hilo corre entre sus dedos
y Menelao dormita
y sus hijos persiguen mariposas
y Paris es un sueño que el tiempo le devuelve detenido
engalanado vencedor de nada
en esta dulce tarde en que Helena está hilando su recuerdo
con una limpia lágrima o un pálpito.

 

 


Historia breve de una mujer de lejos

Una mujer espera en el andén
y se asoma al hueco breve de su impronta.
Cuando llegó
sin haberlo previsto
el sol quebró su cápsula rojiza
y sorprendió un quejido de escorpiones.
Quizá entonces no pensara en la estampida
y fuera un simple juego comenzar
pero hoy el sol es una moraleja.
Con su abolida oscuridad de cobres
oculta una nostalgia entre los hombros
y destruye el cascarón
oyendo voces
quizás pasos ascendiendo la escalera
o algún ruido inusual
inesperado.
Una mujer de lejos se convence
desdice sus arranques y sus duda
con tal de que alguien quiera responderle
de que alguien quiera amar
de que alguien pueda.
Una mujer recoge caracoles
insuficientes como cuello de botella
y cuelga en su cadena una angustia amarilla.
Disfraza cuanto puede su estirpe de ermitaño
pidiendo a gritos una desbandada
y el corazón se vuelve un rótulo impreciso
que dice ya no puedo.





Insomnios en la noche del espejo

Como sombras danzantes saliendo del telón
azules los anillos te atenazan
bajo una lluvia espesa.
Era tibio tu cuerpo
arañas asesinas sobre los vidrios rotos
y el atrio de la iglesia donde jugaba un niño.
Voces lejanas alegres pesadillas
bailan sobre la inútil falange enfebrecida
colman como lamentos la noche del espejo.
La luz no será alivio
el sueño no vendrá.

 

 


Las islas

Sentada en su balcón
mirando al horizonte
la niña sueña con viajar muy lejos.
Europa bajo sus plantas
las luces de París en una mano
reconquista del mundo en sentido contrario.
La despeina el viento suave de las islas
y ella cierra los ojos atisbando a lo lejos
marido rico que mantendrá su ocio
y tiendas coloridas donde cubrir su cuerpo.
Sentada en el balcón ve pasar los aviones
aparatos plateados que atraviesan el mar
y pisan otras tierras
donde el verano ha de ser menos caliente
y la nieve una fiesta de muñecos blanquísimos.
Viajes y fiestas imagina
mientras las olas se estrellan contra el muro
viajes y fiestas
y no añoranza de las islas
y no morirse sola
donde ser extranjero no es ningún privilegio
y no deudas y trabajo y centavos contados.
Viajes y fiestas y vestidos bonitos
y dólares que caen como un milagro.
Sentada en su balcón
mirando al horizonte,
la niña sueña.

 

 


Linternas

Hoja que marca el curso de la noche
el filo de una esquina traicionera
vendedora de historias trashumantes
disueltas en la bruma.
Nadie pasa a través de la muralla
nadie espera ya el soplo de la brisa
a las cinco de la tarde.
La arena te ha poblado los recuerdos
devuelve el bofetón a los alisios
enciende la linterna.
Ayer éramos más
un ejército de desesperanzados
cómplices de la noche
alcohol en el paseo y 23
ramas absurdas y árboles caídos ebrios también
desencantados.
Ayer éramos niños
de milagro escondido en los bolsillos
y canción recitada como un himno.
Ayer pintamos muros o creímos hacerlo
escribimos consignas en el forro de los libros de historia
al pie del Alma Mater.
Soñábamos soldados pastelitos caravanas
y éramos más.
Llovía a cántaros sobre la suciedad de las fachadas
siglos de polvo                 hollín
conspiración del tiempo.
Luego la desbandada
hoja que marca el curso del olvido
linterna que se enciende o que se apaga
según quien le haga el guiño.

 




Los amantes de Pompeya

La luna era distinta hace un segundo
te iluminaba
entraba por la hendija como un sorbo.
Moriremos de amor amiga mía
presiento que un tropel desciende de las cumbres
siento su oleada tibia presionando mi espalda.
Moriremos de amor
todos los vientos llegan como una manotada
y yo cubro tu cuerpo lo incorporo
quiero aliviarme en ti.
Hace un segundo la luna era distinta
y no había ese susto en tu mirada.
Algo nos viene encima
ese sordo rumor es un presagio.
Cierra los ojos pronto amiga mía.
Es el amor que llega.


Margarita o la idea de la felicidad

Vender el alma al Diablo
o vender el alma a Dios.
Vender el alma y que ella llegue alguna tarde
a ponerme su almíbar en los labios
a dejarme danzar descalza en esta alfombra.
Su almíbar o su furia sobre mis tristes huesos
que esperan por la muerte o la felicidad.
Vender el alma el cuerpo y que ella diga sí
que me ponga en los labios el pedazo de dolor que tenga vivo
toda su indecisión o su perfume.
Margarita esta tarde con su frío mosaico
Margarita y mis manos tanteándole la furia y los almíbares
Margarita y el miedo de que dijera no.

 

 

Moriremos de amor

Todos los vientos llegan como una manotada
y yo cubro tu cuerpo lo incorporo
quiero aliviarme en ti.
Hace un segundo la luna era distinta
y no había ese susto en tu mirada.
Algo nos viene encima
ese sordo rumor es un presagio.
Cierra los ojos pronto amiga mía.
Es el amor que llega.

 


 

Náufrago sentado frente al mar

Alguien lanza el oscuro mandamiento
la muerte es el mejor de los anuncios
cualquiera es el profeta.
Yo aquí me siento a ver el mar cuando anochece
a ver las horas regresar a su tumulto.
Los buques se deshacen al final de la línea
sin ver mi vela blanca ni mi hoguera.
Los marineros señalan desde el puente y ríen.
Un náufrago es un hombre en una piedra
un hombre con su piedra y con su oscuridad
un hombre solo.
Otro lanza el oscuro mandamiento
y soy un pedazo de tela desgarrada
un profeta sentado en esta roca
sin que nadie me escuche.

 




 

Óleo

La muchacha del óleo me ha mirado
de su pincel renazco sin saberlo
dos manchas sobre el lienzo
tinta negra.
El pincel es mi dedo dibujado en su espalda
su dedo en mi nariz
la caricia en la nuca.
El lienzo es esta cama
y la ciudad entera
corazón que se abre sin confianza
blanco y negro en el lienzo
esa muchacha y yo.


 

 

Onírica última función

                                                       Por Tosca, a Margarita

Terminó la función
y me he soñado arcángel
cuando soy sólo un violinista dormido ante su atril.
Vacía la taberna
vacío el corazón como una plaza pública
me encuentro frente a ti
frente a mí misma.
También yo fui una niña y luego fui un traidor
y luego un marinero naufragando
en el agua podrida de su charca.
Y quise desnudarme
echarme sobre ti como sobre el abismo
y después no ser yo sino tu piel
el insalvable pozo de tus ojos
o un violinista dormido ante su atril
soñando que despierta y que te ama.

 

 



Premonición

Cuando el avión se alzó sobre La Habana
y se perdió hacia el sur como una baratija
era otra vez el rito de las horas
y el aullido del mar
otra vez esa música enterrada en la arena.
Todavía te alzabas sobre mi dedo índice
desde allí me observabas aterradoramente.
Pero aquella ciudad ya no sería mi límite
ni colgaría en la puerta tus lluvias ternecitas.
La píldora horadaba el iracundo vientre
y la noche era un ave
un halcón que se pierde con las alas desnudas.


 


Transparencia

                                                     A Teresa. A Darsi

Yo nunca fui la luz
yo sólo era la lámpara que su mano encendía
o el fuego primigenio que ella me descubrió.
Toda anticipación era ilusoria
yo broté de su mano como una planta nueva
me inflamé en esa llama torpe viento.
Yo nunca fui la luz
y nunca volverá a ser lo que era
polvo que se dispersa y me vacía.
Veo llegar la muerte como un sueño
y el sueño es esa franja transparente
donde todo es mentira.

 


sábado, 15 de agosto de 2020

El poeta desuella la piel de un poema, separa los pliegues rosados, los tendones. Tritura el hueso y saca la víscera —el verso—, procede al despellejamiento parte por parte, sin dejar resquicio alguno. Ahora esa piel será de otro. Brillará en oro, la piel en el lector.

 La destrucción del padre

(Fragmentos)


Poemas de La destrucción del padre
El periódico de las señoras, 2019


Ejercicio 254.
Memento mori para fotografiar un muerto

Colgante carne sueño de mi padre
Evisceración anatómica del intestino
hablante primordial de donde nació mi voz

Lo veo y él ve en éxtasis lo níveo del techo
Acá anida amorfo este tendón colapsado
llamado amor llamado familia enllamado de sangre
enllagado como el intestino colapsado dentro de

Moridero morsino sumidero de cadáver
por efecto de ejercicio de la escritura
metastásica y mecánica de la mano ambidiestra

flash o flechazo conteniendo lo fenecido
obturador de mi otro ojo mecánico
deste desangrarse cordero de mí




Ejercicio 0187.
Fotografiar una herida que irradia luz

¿Cómo dibujar a un padre?
¿Cómo hablar de su rostro y su cuerpo?
¿Cómo convertir en verso todos los golpes
las últimas caricias
destellos de luz
con que nos amaba Dios?

Hemos abierto su cuerpo en canal.
Sus vísceras no son rojas: brillan como capullos de
rosas amarillas emergiendo ante nuestros ojos.

Podría hablar del rostro de mi padre.
Podría decir que sus arrugas son
las venas asfálticas de la ciudad en reposo.
Podría decir que sus ojos se parecen
a las farolas de las nocturnas calles,
y que su aliento es el gemido y la lágrima
de todos los borrachos del mundo.




IV. El poeta es el loco visionario, el carnicero

Nadie sabe con exactitud qué es un poeta. En el principio se creía que era Dios, el gran mago; luego, el cuerpo mutó
y se convirtió en el borracho, el suicida abrazado a un cangrejo. Todo poeta es hombre. Mentira. El poeta es un ser
asexuado: alquímica quimera cabeza de mujer, cuerpo de hombre y extremidades de águila o buey.
Si yo pienso en la poesía no la veo como un hilo de ritmo. Veo una víscera secándose al sol. Si yo pienso en un poeta,
pienso en un carnicero. El poeta desuella la piel de un poema, separa los pliegues rosados, los tendones. Tritura el
hueso y saca la víscera —el verso—, procede al despellejamiento parte por parte, sin dejar resquicio alguno. Ahora
esa piel será de otro. Brillará en oro, la piel en el lector.
Si yo pienso en el poema, pienso en cada corte: trozo y disección son la composición en verso de un cuerpo cualquiera.
Corte como línea,
corte como verso,
corte como trazo.
Contemplar
     entre los pliegues
la sangre que escurre.
Separar la carne,
   ver en abismo de la dorada grasa
   el sol que abre su único ojo
y nos mira.




Lección segunda

Tu padre dijo:

La poesía es diseccionar el poema
igual que se disecciona una res,
o un hombre.

Diseccionar la palabra es
diseccionar la carne.

Contemplamos en ambos
un abismo rojo.
El delirio de las vísceras
que no son otras
más que las nuestras.




Ejercicio 326.
Fotografiar hasta pulverizarte los ojos
mientras ves morir a tu padre
(Detalle para cuadro)

La dorada exangüe
yace ya muerta aquí
en la ruina del poema






Más poesía aquí...


Esther M. García (Ciudad Juárez, 1987). Licenciada en Letras Españolas por la Universidad Autónoma de Coahuila. Fue becaria del PECDA Coahuila (2015, 2018) y del FONCA (2016). Ha recibido los siguientes premios: Premio Nacional de Cuento Criaturas de la noche (2012), Premio Estatal de Cuento Zócalo (2012), Premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes Vidal (2014), Premio Internacional de Poesía Gilberto Owen Estrada (2017), Premio Nacional de Literatura Joven Fenal-Norma (2018) y el Premio Estatal de Cuento Chihuahua (2018). Ha publicado los libros de poemas La Doncella Negra (La Regia Cartonera, 2010), Sicarii (El Quirófano Ediciones, 2013; IMCS, 2014), La Demoiselle Noire (Babel Cartonera, 2013; Kodama Cartonera, 2015), Bitácora de mujeres extrañas (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2014), Mamá es un animal negro que va de largo por las alcobas blancas (UAEMEX, 2017) y La destrucción del padre (El periódico de las señoras, 2019), el libro de cuentos Las tijeras de Átropos (Editorial UAdeC, 2011) y la novela juvenil Confesiones de una Booktuber (Norma, 2018). Ha sido traducida al inglés, francés y portugués.

Lo cósmico de mi linaje se diluyó como agua

 

Esther M. García - Tres poemas de La doncella negra

En la entrevista concedida a Letras s5 com, la autora nos dice de La doncella negra:
“Este libro partió desde un concepto que no tiene nada que ver con lo literario: la entropía. Este término viene de la física cuántica y determina que cualquier sistema ordenado deriva, con el paso del tiempo, a un desorden o una destrucción. Entonces pensé en el hombre, en la sociedad y en cómo nos encaminamos a nuestra destrucción paso a paso. Quise darle un giro al poemario dándole una voz femenina  que emergiera desde lo más profundo, desde las raíces de la infancia y progresivamente se acercara al caos. Se ha dicho que este libro sumerge al lector en el mundo freudiano del Complejo de Electra. Desde ahí se explora el alma femenina y se confronta con el vacío del entorno. El poemario, hecho como si se tratara de una novela, es un viaje en el que la belleza y el horror conviven en el mismo espacio. La alienación y el vacío entregan las claves necesarias para que se deslicen las incógnitas y se cuestione el papel que juega el ser humano en la sociedad posmoderna.” 


Flor de vida de Frida Khalo
{Demiurgos}
Mi madre ha juntado arena roja del desierto de
                                                   Dead woman’s city
y mi padre ha traído los huesos
                                                 frágiles
de un antiguo y rojo pájaro
que hace años había muerto
Amasaron
                   amasaron
                                      y
                                               amasaron
juntaron la arcilla roja y
empezaron a modelar
Así nací
Un frágil esqueleto
dentro de un paquete de carne molida
-lo cósmico de mi linaje se diluyó como agua-
Me venden en el supermercado caro de la vida
Etiquetada
                   Sola
                            Comestible
espero a mi devorador enemigo
al hombre que aceptará el precio por tenerme
y comerá cada trozo de mí para luego
tal vez
escupirme como carne atorada en el diente
pero no me desanimo
Mis huesos se juntarán de nuevo
Y -¡Oh, poderoso milagro ancestral!-
saldré volando
porque los seres como yo
nunca mueren.


Particoreta verita de Maurizio Barraco
La doncella negra
I.
Mi madre es como un perro rabioso
queriendo morder y destrozar
mi alma con sus rabiosas palabras
a mi
la benjamina
la enferma
la tonta
la rosa que no tiene pétalos sólo espinas
Mi madre es la gran niña con la hoz negra
la gran devoradora de pájaros
escupidora de aves tornasoles
masticadas por el gran diente fervoroso de la religión
Así es mi madre
− ¿Verdad que sí doncella negra?−
Ni siquiera ha de imaginar
que orino miedo por las noches
pensando qué pasará cuando ella muera
Ella sólo piensa “Dios mío Dios mío ¿porqué me habrás dado
por hija a esta estúpida
maldita
        malditita
                 malditilla
pendejuela?”
Mi amor por ti madre
es una flor hecha de vísceras secas


 imagen de Ray Caesar
Paraíso Artificial
Primero cómprate las tetas de silicona más caras y
luego cambia tu rostro, en la clínica más barata, por uno más nuevo;
al fin y al cabo eres un sombra más caminando y
soñando que es una modelo o estrella de cine
entre estas cerezas podridas del nuevo sueño gringo.
Inhala dulcemente el aroma agrio de la cocaína
hasta que tu nariz reviente en serpentinas rojas.
Métete- teté hasta el fondo de las orejas el poderoso
Do sonoro de las anfetas.
No pienses,
la televisión y el YouPorn
lo harán por ti
y gratuitamente te harán famos@
en esta nuez podrida.
Deja tu alma en los avatares de Internet
y olvida a tus amigos en los campos estériles
de lo que era tu conciencia.
Compra coca-cola’s.
Demanda a Dios
Todopoderosohacedordeluniverso
por no cumplir sus promesas eternas
o córtale el cuello en la versión más moderna
del Playstation. No sientas pena;
desde el siglo XIX sabemos que “Dios ha muerto”.
Conviértete entonces en el súper-hombre-metrosexual:
depílate la ceja, bórrate la nariz, arráncate la boca;
desaparece cual mago tus ojos,
que no quede nada de lo que eres, eras, fuiste.
Aquí todos flotamos.
Somos pelusas en este aire tecnológico-cibernético
Donde las flores
ya nacen muertas.

La doncella negra – Editorial Regia Cartonera - México 2010
Biografía
Esther M. García (Cd. Juárez, Chihuahua, México, 1987). Licenciada en Letras Españolas. Publicó los siguientes libros: La Doncella Negra (La Regia Cartonera, 2010), Sicarii (El Quirófano Ediciones, 2013, Ecuador; IMCS, 2014) y el libro de cuentos Las tijeras de Átropos (Editorial UA de C, 2011).
Parte de su obra ha sido antologada en Los Nuevos Perros Románticos (Ediciones digitales Ohcultos, Perú, 2010), México lindo y querido. Reunión actual de poesía mexicana con causa (Acequia va de nuez/UANL, 2011), Three Messages and a Warning (Small Beer Press, EU, 2011),  Espejo de doble filo. Antología binacional de poesía sobre la violencia. México-Colombia (Atrasalante, 2014) y La piel del animal acorralado / Antología personal (SEC, 2014.)
En el 2004 ganó la mención honorífica del Premio Estatal Julio Torri “¿Porqué es mi consentido?”, en el 2008 ganó el Premio Nacional de cuento “Criaturas de la noche”, en el 2012 el premio estatal de cuento “Zócalo” y el Premio Municipal de la Juventud 2012, en el área de cultura, así como el Premio Nacional de Poesía Joven Francisco Cervantes Vidal 2014. Ha sido traducida al inglés y al francés.
Fuente: Poesía Mexa