FLOR PIEDRABUENA
Leí poesía en
fiestas trash
fiestas lumpen
el subsuelo de puan
en alguna toma de puan
y el acampe en la sala alberdi
bajo la autopista
en una calle
en una escuela
en centros culturales
museos
en bares chetos
berretas
en salas de teatro
bibliotecas populares
y en la nacional también
leí poesía en casas arruinadas
y en los tugurios más coquetos del under
en universidades
y para toda clase de oyentes dispuestos
a nada
o a todo.
Leí para mis amigos,
desconocidos,
parejas,
exparejas,
familia,
profesores,
alumnos,
artistas
y señoras fifí.
No tengo un librito, eso sí,
pero cuando menos lo espero
me multiplico,
difuminada me pierdo
y me encuentro
leyéndote
en cualquier parte.
sábado, 30 de mayo de 2015
martes, 26 de mayo de 2015
Contesta la mujer, desde la frontera del mundo
: Poesía ::
Selección de Clara Muschietti.
tiene un secreto que lo tranquiliza.
Llueve en el centro de Manila
el agua aleja
las bocinas de los autos.
a
Maggie
Le gusta ir en ómnibus a la oficina
poner en un walkman
viejos casetes de su mamá: guitarras y
voces lentas, desesperados cantos
de amor y paz. Maggie
no entiende esa desesperación:
el mundo es una superficie, y no hay
mucho más
que preguntar. Sin embargo, parece
una niña otra vez
esta mañana de mayo
mientras escucha canciones
camino al trabajo, y recuerda la luz
de la primavera en el océano.
Tomado del blog de Eterna Cadencia
Por suerte existe la poesía II
26-05-2015 |
Clara Muschietti, Eloísa Oliva
Segunda entrega de la serie de poemas elegidos por la autora de Karateca. Hoy nos trae tres piezas de Eloísa Oliva.Selección de Clara Muschietti.
Dooper
Tiene una voz nasal
y pronuncia el inglés con dureza.
Vive en Manila, o trabaja
en Manila.
Hace dieciséis semanas, desde un cubículo
disca números canadienses.
Nunca sabe con quién habla, pero sí cómo
tiene que hablar, lo mismo da
si está en Manila, en Córdoba
o en Winnipeg.
Dooper tiene veinte años
va en una moto roja hasta el trabajo
sobre la autopista que lleva
al centro de la ciudad, Dooper trata
cada mañana
de quebrar
la barrera del tiempo. Y no consigue
llegar a su línea de producción.
No sabe escuchar, dicen sus jefes,
no detecta
las necesidades del cliente.
Pero Dooper no contesta, élTiene una voz nasal
y pronuncia el inglés con dureza.
Vive en Manila, o trabaja
en Manila.
Hace dieciséis semanas, desde un cubículo
disca números canadienses.
Nunca sabe con quién habla, pero sí cómo
tiene que hablar, lo mismo da
si está en Manila, en Córdoba
o en Winnipeg.
Dooper tiene veinte años
va en una moto roja hasta el trabajo
sobre la autopista que lleva
al centro de la ciudad, Dooper trata
cada mañana
de quebrar
la barrera del tiempo. Y no consigue
llegar a su línea de producción.
No sabe escuchar, dicen sus jefes,
no detecta
las necesidades del cliente.
tiene un secreto que lo tranquiliza.
Llueve en el centro de Manila
el agua aleja
las bocinas de los autos.
a
Maggie
Le gusta ir en ómnibus a la oficina
poner en un walkman
viejos casetes de su mamá: guitarras y
voces lentas, desesperados cantos
de amor y paz. Maggie
no entiende esa desesperación:
el mundo es una superficie, y no hay
mucho más
que preguntar. Sin embargo, parece
una niña otra vez
esta mañana de mayo
mientras escucha canciones
camino al trabajo, y recuerda la luz
de la primavera en el océano.
a
Shawna
Shawna ofrece
internet de alta velocidad.
La tiende una mujer
que escucha con paciencia:
Este es un servicio que pueden disfrutar
usted y su marido. Shawna es amable,
tiene una voz dulce
y áspera, de edad
indefinida.
Parece cubrirte con una manta cada vez
que te habla.
¡Oh, querida!, dice la mujer
al teléfono,
tengo ochenta y cuatro años, mi marido se fue hace cinco,
estoy completamente sola, eso no me serviría.
Shawna vive en Winnipeg y escucha
canciones de la Velvet Underground,
cuando era más joven
fue hermosa y también
heroinómana.
¡Oh señora!, dice estirando su manta sobre ella,
no quería molestarla, gracias por su tiempo.
¡Oh no, querida, no es un problema!,
yo les agradezco
por las cosas bonitas que siempre me ofrecen
contesta la mujer, desde la
frontera del mundo.
Su mano
casi se deshace
mientras cuelga el teléfono y
se acomoda el peinado.
internet de alta velocidad.
La tiende una mujer
que escucha con paciencia:
Este es un servicio que pueden disfrutar
usted y su marido. Shawna es amable,
tiene una voz dulce
y áspera, de edad
indefinida.
Parece cubrirte con una manta cada vez
que te habla.
¡Oh, querida!, dice la mujer
al teléfono,
tengo ochenta y cuatro años, mi marido se fue hace cinco,
estoy completamente sola, eso no me serviría.
Shawna vive en Winnipeg y escucha
canciones de la Velvet Underground,
cuando era más joven
fue hermosa y también
heroinómana.
¡Oh señora!, dice estirando su manta sobre ella,
no quería molestarla, gracias por su tiempo.
¡Oh no, querida, no es un problema!,
yo les agradezco
por las cosas bonitas que siempre me ofrecen
contesta la mujer, desde la
frontera del mundo.
Su mano
casi se deshace
mientras cuelga el teléfono y
se acomoda el peinado.
a
Eloísa Oliva nació en 1978, en Buenos Aires. Vivió
gran parte de su niñez y adolescencia en Neuquén y actualmente vive en
Córdoba. Estudió comunicación social y cine. Sus textos han sido
publicados en diversas antologías de poesía y narrativa. Publicó los
libros Humus (La Creciente, 2005), 1027 (Nudista, 2010) y El tiempo en Ontario (Nudista,
2012). Fue residente en RUSA (Residencia Un Solo Artista, Rosario,
2008). Entre 2007 y 2008 formó parte de la editorial La Creciente.
Trabaja en el campo de la comunicación y la cultura, especialmente
ligada a la producción audiovisual y la escritura.
Tomado del blog de Eterna Cadencia
sábado, 23 de mayo de 2015
Amaré con mis axilas y el polen
TODAS ESAS MUJERES DELGADAS
INGRID BRINGAS
La rabia
La cicatriz en mi vientre me dice que hay un árbol
voces de mujeres pasadas
un espíritu profundo
¿cuántas cicatrices tiene la gente a lo largo de su vida?
piel sobre piel
sabor sobre sabor de cada costura
encerrarme en el búnker de mi cuerpo
la cicatriz habla por si sola como un tejido de estrellas
como la sonrisa de mis amigos
el tratado del amor es la costura que une los países
el zodiaco
decimos que no tenemos nada en común y lo tenemos todo
arrastro mi alma hasta la pista de baile
la cicatriz de mi vientre es fuego , hilos que acunan el sueño
la cicatriz que nos une late fuerte y su pisada silenciosa
grita : estoy sola
¡estoy viva!
Todas esas mujeres delgadas
Yo quiero ser como todas esas mujeres delgadas que no tienen tiempo de respirar en esos anocheceres perdurables
quiero llevar esa frescura en el aliento de esas mujeres delgadas
el amor en el pliegue de los ojos
la perturbadora elegancia
tal vez nunca
tal vez llegue a ser como esas mujeres delgadas
que tienen los dedos invisibles y aprenden hechicería
hablar en otras lenguas con las palmas de las manos
de mi garganta surgirán algunas voces y me diré: ¡que divina soy por dentro!
amaré con mis axilas y el polen
seré como todas las mujeres delgadas
imperfecta
insignificante
y daré un canturreo de muerte
elevaré mi falda
oscura yo como la noche
seré como todas las mujeres delgadas.
En el póster de la psicosis
Tenías al sagrado corazón de Jesús a la entrada de tu casa
un póster de la psicosis actual que miras de reojo cuando te levantas
después te quedas escuchando la fuga del grifo en la cocina
el goteo
sudas
dispones un cuchillo en la mesa
partes el pan en dos como a una mujer
no es difícil perder la memoria, lugares, nombres
estás perdida
estar perdida no es un desastre
la memoria no te ayudará con nada
la memoria te devorará los ojos
la memoria te acariciará la espalda
ninguna de estas pérdidas será devastadora
si es extraño el olvido
la psicosis en un póster , los santos en una canción extranjera.
Apocalípticos
Podemos decirnos apocalípticos cuando el amor se nos acaba.
El fuego es un enemigo de la memoria, como un
olvido luminoso, cálido, que amenaza con salirse
de control y arrebatar más de lo
que se le ofrece.
Erick Vázquez
Fuegos
You’re not in love, you say, and you don’t remember
¿hay algo que recuerdes después del fuego?
todo en la vida es un incendio
¿Conoces la historia del beso de la ballena?
me lanzas un beso y la luna llora
dame tu mano ,aquí está el fuego
pájaros de fuego
You’re not in love, you say, and you don’t remember
los mares del porvenir apagarán este fuego
la memoria , tu corazón de cuarzo
mi corazón el garaje de la memoria
otra vez el incendio
el amor nos palmea las nalgas
la memoria
You’re not in love, you say, and you don’t remember
la memoria abandona a los valientes en un archipiélago
el incendio abandona la noche y toma la forma de tu cuerpo
vendrán otros ojos me llenaran de polvo
apagarán el fuego
tal vez.
Efecto invernadero
voy a desmoronarme voy a hundirme en la tierra
para que alguien se acuerde de mi nombre
el éxtasis de la marea nos cobijará
despeinará nuestras pestañas
hablemos de dios, de buda , de allah
porque somos fantasmas sin excepciones
el amor nos ha partido los sesos
en el amor hay un hueco donde no puedo encontrarte
y es tardío el silencio
oprímeme con tu risa para que te ponga una canción en la radio
todo ha sido en vano
el amor podría tener el encanto de un monstruo o un auto
el recuerdo es el retrato de un empleado del mes colgado por años
olvido
tengo fracturas complejas marcando nuevos récords
estoy perdida en el canto que cantaba antes
pienso hundirme en un amanecer sin luz de luna
para que alguien se acuerde de mi nombre
quedémonos aquí ya quietos
para que otros nos habiten.
----------------------------------------------------------------------------
Ingrid Bringas (Monterrey, N.L, México, 1985). Poeta mexicana colabora en diversas revistas impresas y digitales, parte de su obra ha sido publicada en editoriales cartoneras en Sudamérica, España y Francia.
Publicaciones:
- Antologia de Escritores por Santa Catarina (CONARTE,2014)
- La Edad de los Salvajes ( Editorial Montea ,2015)
Es creadora y editora del fanzine Cosmonauta.
domingo, 10 de mayo de 2015
Ai camin
MATEMOS A LAS BARBIES
SELVA ALMADA
No me gustan las Barbies
con sus tetitas paradas
y las nalgas
como dos gajitos de mandarina
que les salen por detrás.
No me gusta su pelo platinado
ni su deportivo rosa
ni el estirado de Ken.
con su aire de la prepa
a lo beverly noventa dos diez.
Las Barbies son tontas muñequitas
de pussy afeitada
que persiguen en rollers
a muñecos seriados
hijos bastardos de David Husselthorf
y sueñan casarse con ellos
en un mediodía radiante
y poder por fin ser legalmente
adúlteras
trincadas de pie
por un latin lover alquilado
y gritar
ai camin
ai camin
ai camin
con vocecita quebrada de soprano.
Tampoco me engañan las Barbies
que viven en casitas
estilo Hooper color pastel
y cuando la tarde cae
beben té helado junto a un Ken
de camisa leñadora y jean ajustado
sentados en un columpio
con un lassie a los pies.
SELVA ALMADA
No me gustan las Barbies
con sus tetitas paradas
y las nalgas
como dos gajitos de mandarina
que les salen por detrás.
No me gusta su pelo platinado
ni su deportivo rosa
ni el estirado de Ken.
con su aire de la prepa
a lo beverly noventa dos diez.
Las Barbies son tontas muñequitas
de pussy afeitada
que persiguen en rollers
a muñecos seriados
hijos bastardos de David Husselthorf
y sueñan casarse con ellos
en un mediodía radiante
y poder por fin ser legalmente
adúlteras
trincadas de pie
por un latin lover alquilado
y gritar
ai camin
ai camin
ai camin
con vocecita quebrada de soprano.
Tampoco me engañan las Barbies
que viven en casitas
estilo Hooper color pastel
y cuando la tarde cae
beben té helado junto a un Ken
de camisa leñadora y jean ajustado
sentados en un columpio
con un lassie a los pies.
(...)
Ellas se ríen
no muerden el anzuelo.
Del brazo siguen paseando su histeria
conocen la regla:
hay que llegar virgen a la cama de Ken.
Terminan la noche
solas en sus cuartos
fumando cigarrillos importados
escribiendo en sus diarios
que un boy hispano
las hizo pecar
de raras cosquillitas ahí abajo.
(...)
Las Barbies se avergüenzan de la idea progre de la fábrica
de echarles al mundo
una hermana paralítica y un cuñado gay.
Por suerte
primó el consumo sensato
del american way
y los borraron del mercado.
(...)
En Barbilandia todo es...
como tú sabes
y no hay sitio para esas tontas movidas
llámense Bosnia, bloqueo o HIV.
Con tantos problemas
como acucian a los de Melrose Place
ellas no pueden con todo:
entiéndanlo...
Ya es bastante
enseñar a sus dueñas a ser muñecas
a entender
que por el mundo siempre es mejor
andar munidas de un buen par de tetas
a ser infelices puertas adentro
y a abrir las piernas
sólo llegado el momento.
*
Selva Almada (Entre Ríos, Argentina, 1973)
de Mal de muñecas, Editorial Carne Argentina, Buenos Aires, 2003
http://emmagunst.blogspot.com.ar/…/selva-almada-2-poemas-2.…
Obra de Mariel Clayton
Ellas se ríen
no muerden el anzuelo.
Del brazo siguen paseando su histeria
conocen la regla:
hay que llegar virgen a la cama de Ken.
Terminan la noche
solas en sus cuartos
fumando cigarrillos importados
escribiendo en sus diarios
que un boy hispano
las hizo pecar
de raras cosquillitas ahí abajo.
(...)
Las Barbies se avergüenzan de la idea progre de la fábrica
de echarles al mundo
una hermana paralítica y un cuñado gay.
Por suerte
primó el consumo sensato
del american way
y los borraron del mercado.
(...)
En Barbilandia todo es...
como tú sabes
y no hay sitio para esas tontas movidas
llámense Bosnia, bloqueo o HIV.
Con tantos problemas
como acucian a los de Melrose Place
ellas no pueden con todo:
entiéndanlo...
Ya es bastante
enseñar a sus dueñas a ser muñecas
a entender
que por el mundo siempre es mejor
andar munidas de un buen par de tetas
a ser infelices puertas adentro
y a abrir las piernas
sólo llegado el momento.
*
Selva Almada (Entre Ríos, Argentina, 1973)
de Mal de muñecas, Editorial Carne Argentina, Buenos Aires, 2003
http://emmagunst.blogspot.com.ar/…/selva-almada-2-poemas-2.…
Obra de Mariel Clayton
viernes, 8 de mayo de 2015
Aquellas que pude haber sido
NO ME ARREPIENTO DE NADA
GUICONDA BELLI
Desde la mujer que soy,
a veces me da por contemplar
aquellas que pude haber sido;
las mujeres primorosas,
hacendosas, buenas esposas,
dechado de virtudes,
que deseara mi madre.
No sé por qué
la vida entera he pasado
rebelándome contra ellas.
Odio sus amenazas en mi cuerpo.
La culpa que sus vidas impecables,
por extraño maleficio,
me inspiran.
Reniego de sus buenos oficios;
de los llantos a escondidas del esposo,
del pudor de su desnudez
bajo la planchada y almidonada ropa interior.
Estas mujeres, sin embargo,
me miran desde el interior de los espejos,
levantan su dedo acusador
y, a veces, cedo a sus miradas de reproche
y quiero ganarme la aceptación universal,
ser la "niña buena", la "mujer decente"
la Gioconda irreprochable.
Sacarme diez en conducta
con el partido, el estado, las amistades,
mi familia, mis hijos y todos los demás seres
que abundantes pueblan este mundo nuestro.
En esta contradicción inevitable
entre lo que debió haber sido y lo que es,
he librado numerosas batallas mortales,
batallas a mordiscos de ellas contra mí
-ellas habitando en mí queriendo ser yo misma transgrediendo
maternos mandamientos,
desgarro adolorida y a trompicones
a las mujeres internas
que, desde la infancia, me retuercen los ojos
porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,
porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,
que se enamora como alma en pena
de causas justas, hombres hermosos,
y palabras juguetonas.
Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada,
e hice el amor sobre escritorios
-en horas de oficina y
rompí lazos inviolables
y me atreví a gozar
el cuerpo sano y sinuoso
con que los genes de todos mis ancestros
me dotaron.
No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones.
No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf.
Pero en los pozos oscuros en que me hundo,
cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,
siento las lágrimas pujando;
veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,
blandiendo condenas contra mi felicidad.
Impertérritas niñas buenas me circundan
y danzan sus canciones infantiles contra mí
contra esta mujer
hecha y derecha,
plena.
Esta mujer de pechos en pecho
y caderas anchas
que, por mi madre y contra ella,
me gusta ser.
GUICONDA BELLI
Desde la mujer que soy,
a veces me da por contemplar
aquellas que pude haber sido;
las mujeres primorosas,
hacendosas, buenas esposas,
dechado de virtudes,
que deseara mi madre.
No sé por qué
la vida entera he pasado
rebelándome contra ellas.
Odio sus amenazas en mi cuerpo.
La culpa que sus vidas impecables,
por extraño maleficio,
me inspiran.
Reniego de sus buenos oficios;
de los llantos a escondidas del esposo,
del pudor de su desnudez
bajo la planchada y almidonada ropa interior.
Estas mujeres, sin embargo,
me miran desde el interior de los espejos,
levantan su dedo acusador
y, a veces, cedo a sus miradas de reproche
y quiero ganarme la aceptación universal,
ser la "niña buena", la "mujer decente"
la Gioconda irreprochable.
Sacarme diez en conducta
con el partido, el estado, las amistades,
mi familia, mis hijos y todos los demás seres
que abundantes pueblan este mundo nuestro.
En esta contradicción inevitable
entre lo que debió haber sido y lo que es,
he librado numerosas batallas mortales,
batallas a mordiscos de ellas contra mí
-ellas habitando en mí queriendo ser yo misma transgrediendo
maternos mandamientos,
desgarro adolorida y a trompicones
a las mujeres internas
que, desde la infancia, me retuercen los ojos
porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,
porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,
que se enamora como alma en pena
de causas justas, hombres hermosos,
y palabras juguetonas.
Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada,
e hice el amor sobre escritorios
-en horas de oficina y
rompí lazos inviolables
y me atreví a gozar
el cuerpo sano y sinuoso
con que los genes de todos mis ancestros
me dotaron.
No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones.
No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf.
Pero en los pozos oscuros en que me hundo,
cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,
siento las lágrimas pujando;
veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,
blandiendo condenas contra mi felicidad.
Impertérritas niñas buenas me circundan
y danzan sus canciones infantiles contra mí
contra esta mujer
hecha y derecha,
plena.
Esta mujer de pechos en pecho
y caderas anchas
que, por mi madre y contra ella,
me gusta ser.
*
Gioconda Belli (Managua, Nicaragua, 1948)
http://emmagunst.blogspot.com.ar/…/no-me-arrepiento-de-nada…
Fotografía de Sonya Jach
Gioconda Belli (Managua, Nicaragua, 1948)
http://emmagunst.blogspot.com.ar/…/no-me-arrepiento-de-nada…
Fotografía de Sonya Jach
lunes, 4 de mayo de 2015
Diario de muerte
Anita Leporina - Re lindo!
Del Diario de muerte de Anita Leporina
Bueno = nada
Ayer el sobre
pesaba más de la cuenta.
Abrí el Topolín al salir del kiosco:
una 22 brillante
re lindo!
Soy una niña, quizás mate a alguien
y me amonesten
con el índice erecto;
después un chupetín al salir del juzgado
re lindo!
Y finalmente el Charlie Circus
o ese nivel de Mario Bros
que quisiéramos que nunca terminara
(palmeras piso y un cielo
que se atraviesa con puentes colgantes)
re lindo!
Apretada más tarde, en el baile,
con Bazoocas
de banana
en la garganta
y perfume Paco en mis senos
nasales.
La botellita apuntó a un cadáver
que tiene los labios pegados
con Poxipol
-¿Mentira o causa?
-Mentira
-¿Quién es la más bella de este reino?
-La abuela,
a la que visitamos drogados cada domingo
re lindo!
No me acuerdo bien cómo se contrata
a un inmigrante y se rellena un culo.
Desaprobé el final: Narcotráfico I.
Después compré la fotocopia de Dios,
subrayé la verdad con resaltador amarillo
y me saqué un diez
re lindo!
Ahora a dormir, mañana viene
a buscarme temprano el transporte escolar.
Hay un chico gordo con aparatos
que llora cuando lo insultamos
Gotitas de sangre,
guardapolvo blanco
re lindo!
:-)
hoy
en el colectivo
un viejito, en short,
con vitiligo
las piernas flacas
(dos antenas blancas)
me dijo:
"si me tocás el gusanito
que tengo adentro
del pantalón,
te regalo caramelos".
Tenían como un relleno
de jugo de frutilla
bastante rico.
Bueno = nada
Ayer el sobre
pesaba más de la cuenta.
Abrí el Topolín al salir del kiosco:
una 22 brillante
re lindo!
Soy una niña, quizás mate a alguien
y me amonesten
con el índice erecto;
después un chupetín al salir del juzgado
re lindo!
Y finalmente el Charlie Circus
o ese nivel de Mario Bros
que quisiéramos que nunca terminara
(palmeras piso y un cielo
que se atraviesa con puentes colgantes)
re lindo!
Apretada más tarde, en el baile,
con Bazoocas
de banana
en la garganta
y perfume Paco en mis senos
nasales.
La botellita apuntó a un cadáver
que tiene los labios pegados
con Poxipol
-¿Mentira o causa?
-Mentira
-¿Quién es la más bella de este reino?
-La abuela,
a la que visitamos drogados cada domingo
re lindo!
No me acuerdo bien cómo se contrata
a un inmigrante y se rellena un culo.
Desaprobé el final: Narcotráfico I.
Después compré la fotocopia de Dios,
subrayé la verdad con resaltador amarillo
y me saqué un diez
re lindo!
Ahora a dormir, mañana viene
a buscarme temprano el transporte escolar.
Hay un chico gordo con aparatos
que llora cuando lo insultamos
Gotitas de sangre,
guardapolvo blanco
re lindo!
:-)
hoy
en el colectivo
un viejito, en short,
con vitiligo
las piernas flacas
(dos antenas blancas)
me dijo:
"si me tocás el gusanito
que tengo adentro
del pantalón,
te regalo caramelos".
Tenían como un relleno
de jugo de frutilla
bastante rico.
Mi segunda palabra
Papá instaló su nuevo DVD
y rompió el Home Theatre
Papá cortó el pasto
y mutiló a la tortuga
(era un domingo)
Papá fue a tirar la basura
y se abrió la frente de un golpe contra la mesada
(recuerdo especialmente el tajo
con vaguedad la sangre
que seguro brotaba y brotaba)
Papá quiso cambiar el cuerito de la canilla
y rompió el caño que inundó la casa
(porque brota también el agua)
Papá dijo "No lleves nada"
y la maestra pensó que yo era idiota
(era el primer día de clases de primer grado
y al ver las mochilas llenas de otros niños lloraba)
Papá podó el rosal
y después se dio la antitetánica
(arañacitos en las manos y un enfermero estafador)
Papá le pidió al afilador que afilara dos cuchillos
y le cobró doscientos pesos
(ese señor
que pasaba con la armónica,
ahora ya no pasa)
Papá armó
el árbol de Navidad en noviembre
con luces intermitentes conectadas a dosveinte
(¿fue la estrella de Belén
la que chamuscó el pesebre?)
Papá manejaba en la ruta
y atropelló a un venado
(aunque era un perro, yo recuerdo
la cornamenta contra el parabrisas).
Pero
cuando para comer hay salchichas
salchichas solas, salchichas sin nada
papá va hasta el kiosco
y me compra la mostaza.
20-12-2011
Voy como
a levantarme
y tirar abajo
las torres
gemelas.
Ayer pasé con el colectivo:
quitaban
las vallas
del ministerio
-estamos cada vez más lejos.
El gas y los hidrantes
-¡nos cagábamos
de risa!- a los tiros
nos corrían.
Pañuelos como rojos en la cara
no veíamos bien
bien
cuando partían las piedras
de nuestra mano a la ventana
del balcón
del ministro.
(No darse vuelta ni a oír
el final de vidrios rotos!)
Los mexicanos (poemas de Día de muertos)
A punto de alborotar (un tarde tranquila en Coyoacán)
Ayer canté "Gimme the power"
abrazada a un gran
hawaiano de Chiapas.
-Dónde dejo sus petacas, guapa?
-Si quiere puede probar
nuestros frijoles charros,
o tomar alguna botana
quizá una torta de jamón y
palomitas de maíz
(Camarero,
el jugo de toronja
para mí
sin bichito).
-Desea un periódico para leer
durante su vuelo, señorita?
-Tiene de esos con
cadáveres mutilados en la portada?
Gracias.
El autobus de bart y lisa
pasea por la ciudad y aparca
frente a la fuente de sodas.
¡Hermosos mexicanos!
Hablan el idioma de los sueños
de todas las fantasías animadas.
Me atacan deseos de ir
a los abrazos por la calle
un asalto de besos
en la cara de esos chaparros
de los chilangos,
de los jarochos y oaxaqueños
besar sus manos,
cuello hombro alguna oreja
pero no quisiera que
el ritmo mexica de las aceras
se altere
por la irrupción
de una loca damita
que oye
el nombre real de las cosas
cuando le sube el volumen
a los doblajes.
Compañías
Son las 5 am en México DF
es de noche aún y está sonando
el teléfono celular.
Es la patria
que me llama
quizá.
Me levanto y atiendo.
Golpea las puertas
de mi sueño mexicano
un mensajero multinacional:
Movistar
en plena madrugada
me recuerdas
y me amas
y quieres que
conozca los nuevos beneficios
de un plan
que espera por mí
más allá
del canal de Panamá.
Otra tarde en el DF
y rompió el Home Theatre
Papá cortó el pasto
y mutiló a la tortuga
(era un domingo)
Papá fue a tirar la basura
y se abrió la frente de un golpe contra la mesada
(recuerdo especialmente el tajo
con vaguedad la sangre
que seguro brotaba y brotaba)
Papá quiso cambiar el cuerito de la canilla
y rompió el caño que inundó la casa
(porque brota también el agua)
Papá dijo "No lleves nada"
y la maestra pensó que yo era idiota
(era el primer día de clases de primer grado
y al ver las mochilas llenas de otros niños lloraba)
Papá podó el rosal
y después se dio la antitetánica
(arañacitos en las manos y un enfermero estafador)
Papá le pidió al afilador que afilara dos cuchillos
y le cobró doscientos pesos
(ese señor
que pasaba con la armónica,
ahora ya no pasa)
Papá armó
el árbol de Navidad en noviembre
con luces intermitentes conectadas a dosveinte
(¿fue la estrella de Belén
la que chamuscó el pesebre?)
Papá manejaba en la ruta
y atropelló a un venado
(aunque era un perro, yo recuerdo
la cornamenta contra el parabrisas).
Pero
cuando para comer hay salchichas
salchichas solas, salchichas sin nada
papá va hasta el kiosco
y me compra la mostaza.
20-12-2011
Voy como
a levantarme
y tirar abajo
las torres
gemelas.
Ayer pasé con el colectivo:
quitaban
las vallas
del ministerio
-estamos cada vez más lejos.
El gas y los hidrantes
-¡nos cagábamos
de risa!- a los tiros
nos corrían.
Pañuelos como rojos en la cara
no veíamos bien
bien
cuando partían las piedras
de nuestra mano a la ventana
del balcón
del ministro.
(No darse vuelta ni a oír
el final de vidrios rotos!)
Los mexicanos (poemas de Día de muertos)
A punto de alborotar (un tarde tranquila en Coyoacán)
Ayer canté "Gimme the power"
abrazada a un gran
hawaiano de Chiapas.
-Dónde dejo sus petacas, guapa?
-Si quiere puede probar
nuestros frijoles charros,
o tomar alguna botana
quizá una torta de jamón y
palomitas de maíz
(Camarero,
el jugo de toronja
para mí
sin bichito).
-Desea un periódico para leer
durante su vuelo, señorita?
-Tiene de esos con
cadáveres mutilados en la portada?
Gracias.
El autobus de bart y lisa
pasea por la ciudad y aparca
frente a la fuente de sodas.
¡Hermosos mexicanos!
Hablan el idioma de los sueños
de todas las fantasías animadas.
Me atacan deseos de ir
a los abrazos por la calle
un asalto de besos
en la cara de esos chaparros
de los chilangos,
de los jarochos y oaxaqueños
besar sus manos,
cuello hombro alguna oreja
pero no quisiera que
el ritmo mexica de las aceras
se altere
por la irrupción
de una loca damita
que oye
el nombre real de las cosas
cuando le sube el volumen
a los doblajes.
Compañías
Son las 5 am en México DF
es de noche aún y está sonando
el teléfono celular.
Es la patria
que me llama
quizá.
Me levanto y atiendo.
Golpea las puertas
de mi sueño mexicano
un mensajero multinacional:
Movistar
en plena madrugada
me recuerdas
y me amas
y quieres que
conozca los nuevos beneficios
de un plan
que espera por mí
más allá
del canal de Panamá.
Otra tarde en el DF
Para llegar
al parque de diversiones
"Chapultepec Mágico"
tuve que caminar mucho
y tomar el metro
luego el omnibus
por último un taxi.
Estaba cerrando
y no pude entrar.
"Hay cosas peores
en esta vida -dijo el taxista,
con un sabio cabeceo señaló
a un vagabundo que dormía
en la vereda
o estaba muerto-
ahora la llevo al metro porque ya es tarde
para que ande caminando por ahí sola,
güerita".
Con las rodillas en el asiento
me volví
hacia la ventanilla trasera.
La montaña rusa
se veía ridícula,
tan sola y sinuosa
a lo lejos.
Is the real thing
Hoy tomé una Coca-cola
como el Chavo del ocho
en ese capítulo en que el Señor Barriga
invita a la vecindad
a unas vacaciones
en Acapulco.
Me pregunto si
la felicidad es
una sensación definitiva y discreta
como un estornudo
o más bien
algo en grados
y ambiguo.
Bebí la lata
en un taburete dentro de la piscina
yo la clienta del bar acuático.
Ahora
la idea de pedir
"una torta de jamón"
me excita sexualmente
No. No me excita, sino que-
Sí, me excita.
En el bar de una playa mexicana
El norteamericano de al lado toma Corona y come nachos con guacamole. Lleva un pequeño perico al hombro, una niña mendiga lo mira fascinada.
A veces el lorito caga en el plato y el señor debe tirar su nacho. Alguien cuenta hacia atrás en inglés y saca una foto. El norteamericano sonríe: le falta una de las
paletas. Usa malla roja, es gordo y el sol del trópico viene castigando su piel tan blanca.
Un poco lo amo, creo. Miro su ombligo raro: con una línea vertical que lo parte en dos y un botoncito arriba. Como una vagina que este hombre tiene en medio de la panza. "La revolución la haremos los hombres que somos" dijo Lenin.
De tanto en tanto la mendiguita suspira. Me parece que ya somos dos las que amamos a este señor.
al parque de diversiones
"Chapultepec Mágico"
tuve que caminar mucho
y tomar el metro
luego el omnibus
por último un taxi.
Estaba cerrando
y no pude entrar.
"Hay cosas peores
en esta vida -dijo el taxista,
con un sabio cabeceo señaló
a un vagabundo que dormía
en la vereda
o estaba muerto-
ahora la llevo al metro porque ya es tarde
para que ande caminando por ahí sola,
güerita".
Con las rodillas en el asiento
me volví
hacia la ventanilla trasera.
La montaña rusa
se veía ridícula,
tan sola y sinuosa
a lo lejos.
Is the real thing
Hoy tomé una Coca-cola
como el Chavo del ocho
en ese capítulo en que el Señor Barriga
invita a la vecindad
a unas vacaciones
en Acapulco.
Me pregunto si
la felicidad es
una sensación definitiva y discreta
como un estornudo
o más bien
algo en grados
y ambiguo.
Bebí la lata
en un taburete dentro de la piscina
yo la clienta del bar acuático.
Ahora
la idea de pedir
"una torta de jamón"
me excita sexualmente
No. No me excita, sino que-
Sí, me excita.
En el bar de una playa mexicana
El norteamericano de al lado toma Corona y come nachos con guacamole. Lleva un pequeño perico al hombro, una niña mendiga lo mira fascinada.
A veces el lorito caga en el plato y el señor debe tirar su nacho. Alguien cuenta hacia atrás en inglés y saca una foto. El norteamericano sonríe: le falta una de las
paletas. Usa malla roja, es gordo y el sol del trópico viene castigando su piel tan blanca.
Un poco lo amo, creo. Miro su ombligo raro: con una línea vertical que lo parte en dos y un botoncito arriba. Como una vagina que este hombre tiene en medio de la panza. "La revolución la haremos los hombres que somos" dijo Lenin.
De tanto en tanto la mendiguita suspira. Me parece que ya somos dos las que amamos a este señor.
Anita Leporina (Ana García Orsi) nació el 26 de abril de 1986 en La Plata. Escribe poesía, narrativa y textos dramáticos. Difunde su obra a través de performances. Es egresada de la carrera de Letras y desde 2009 admistra el blog www.nonatadechernobyl.blogspot.com
Ilustración Mar Rivero
Leporina (relativo a
la liebre) - JP Rodríguez
Se llama también leporino a los
labios hendidos por defecto de nacimiento. La poeta se llama Ana García Orsi, lo
que nos hace sospechar que el seudónimo Anita Leporina tiene que ver con su voz
poética dividida en dos. Por un lado se puede ver la actitud naif propia
de una niña preadolescente. Por el otro nos da una visión de mujer que se hace
cargo de las decisiones que toma y que, sabiéndose ya adulta, es poseedora de
algo a lo que a los hombres les interesa acceder. En el poema Bueno = nada que
pertenece a la serie Diario de muerte se puede ver, ya desde el título, esta
réplica del habla adolescente, donde la ambigüedad está a la orden del día (soy
una niña, quizás mate a alguien / y me amonesten / con el índice erecto). Una
suerte de nena que tuvo su verdadera educación sentimental en los kioscos, en
los videojuegos y en la televisión, que es conciente de que lo que se hace mal
puede ser castigado, pero a su vez, juega con su inimputabilidad. La partición
en dos de la voz también se hace presente en lo erótico infantil que poseen
muchos versos (apretada más tarde, en el baile, / con Bazzocas / de banana / en
la garganta), en donde se la ve manejando una situación sensual a su antojo y
por momentos se la ve como una obediente niña que nos hace creer que no sabe
muy bien lo que está haciendo, pero se deja llevar por el adulto para sacarle
algún provecho, para obtener lo que ella quiere (“si me tocás el gusanito / que
tengo adentro / del pantalón, / te regalo caramelos”. / Tenían como un relleno
/ de jugo de frutilla / bastante rico). La niña de este diario muestra una
maldad propia de los cuentos de Silvina Ocampo y propia de la realidad, donde
se los saca de ese lugar idílico que se le reserva a los pequeños y nos muestra
que ellos tienen su propia monstruosidad (hay un chico gordo con aparatos / que
llora cuando lo insultamos). Todos estos son efectos del pasaje de la niñez
hacia la adultez que va sufriendo la protagonista de estos poemas y nos muestra
que este es el tópico al que hace referencia el título de esta serie: la muerte
de la niña que da paso a la mujer (gotitas de sangre / guardapolvo blanco). El
yo poético ya puede ser acusado por sus acciones y la poeta por sus versos. Se
hace cargo de su posición política y pasa facturas a ese padre que siempre la
caga, pero que se redime hacia el final cuando llega con algo reparador, cuando
llega con la mostaza para el panchito. La poeta toma su posición política desde
su poética, como así también, desde la temática a la que hace referencia en 20-12-2011
que desconcierta desde el título: desde los primeros versos se hace presente en
el lector la revuelta de diciembre de 2001, (también se hace referencia al
derrumbe de las torres gemelas) pero esta fechado diez años después de esos
días donde todo hijo de vecino podía sentirse un revolucionario con el mero
lanzar de piedras y el vestir de pañuelos rojos sobre las fauces, todo en medio
de una atmósfera lúdica (¡nos cagábamos / de risa! a los tiros / nos corrían).
Con Los mexicanos (poemas de Día de
muertos) el yo poético ya es el de una mujer y la infancia llega a manera de
recuerdos. Asocia la manera de hablar de los mexicanos a esas voces animadas
que salían por el televisor durante su niñez. Estas voces son más reales que
las que escucha por las calles que ella quiere alborotar, o mejor, la realidad
es más verdadera a medida que se asemeja más a las voces de los doblajes de las
series que veía cuando niña (una loca damita / que oye / el nombre real de las
cosas / cuando le sube el volumen / a los doblajes).
En Compañías se hace evidente la
soledad de la turista, solamente recibe mensajes de su compañía telefónica.
Pero es una soledad que se disfruta, un disfrute propio del cuerpo en estado
vacaciones y hasta se sube la apuesta: se muestra cariñosa hacia esos
beneficios y planes nuevos y los toma como ciber-afecto. Estos poemas mexicanos
nos van dando un panorama de una ciudad lejana, con sus sabios taxistas que nos
recuerdan que en la vida siempre se puede estar peor pero a la vez en ese ir y
venir constante del yo lírico (y propio de una liebre en fuga que no se deja
atrapar) nos hacen ver que la felicidad por momentos no se puede esconder, pero
para no levantar sospechas, a veces suele ser mejor hacerse el distraído. Como
que la dicha es algo que a nosotros no nos va a ocurrir, como que no podemos
vincularlo ni con viejos de flacas piernas, ni con hawaianos de Chiapas, ni con
norteamericanos bebiendo cervezas en bares flotantes.
Juan Pablo Rodríguez
Suscribirse a:
Entradas (Atom)