domingo, 10 de noviembre de 2024

Y entra en la noche cual estela de barco al perderse

  Lisbon Revisited (1926) de Fernando Pessoa




Nada me ata a nada.
Quiero cincuenta cosas al tiempo.
Con angustia del que tiene hambre de carne anhelo
no sé bien qué:
definidamente lo indefinido…
Duermo inquieto, y vivo en el soñar inquieto
de quien duerme inquieto, a medias soñando.
Me cerraron todas las puertas abstractas y necesarias.
Corrieron cortinas ante todas las hipótesis que podría
ver en la calle.
En el callejón que yo encontré no hay el número de
puerta que me dieron.
Desperté a la misma vida que me había adormecido.
Hasta mis ejércitos soñados sufrieron derrota.
Hasta mis sueños se sintieron falsos al ser soñados.
Hasta la vida tan sólo deseada me harta -hasta esa vida…
Comprendo a intervalos inconexos;
escribo en los lapsos de cansancio;
y es tedio hasta el tedio lo que me arroja a la playa.
No sé qué destino o futuro compete a mi angustia sin timón;
no sé qué islas del Sur imposible me aguardan, náufrago;
o qué palmares de literatura me darán un verso al menos.
No, no sé esto, ni otra cosa, ni cosa alguna…
Y en el fondo de mi espíritu, donde sueño lo que soñé,
en los campos últimos del alma, donde memoro sin causa
(y el pasado es una niebla natural de lágrimas falsas),
en los caminos y atajos de las florestas lejanas
donde supuse mi ser,
huyen desmantelados, últimos restos
de la ilusión final,
mis ejércitos soñados, derrotados sin haber sido,
mis cohortes por existir, despedazadas en Dios.
Otra vez vuelvo a verte,
ciudad de mi infancia pavorosamente perdida…
Ciudad triste y alegre, otra vez sueño aquí…
¿Yo? Pero, ¿soy yo el mismo que aquí viví, y aquí volví,
y aquí volví a volver y volver,
y aquí de nuevo he vuelto a volver?
¿O todos los Yo que aquí estuve o estuvieron somos
una serie de cuentas-entes ensartadas en un hilo-memoria,
una serie de sueños de mí por alguien que está fuera de mí?
Otra vez vuelvo a verte
con el corazón más lejano, el alma menos mía.
Otra vez vuelvo a verte
con el corazón más lejano, el alma menos mía.
Otra vez vuelvo a verte -Lisboa y Tajo y todo-
transeúnte inútil de ti y de mí,
extranjero aquí como en todas partes,
tan casual en la vida como en el alma,
fantasma errante por salones de recuerdos
con ruidos de ratas y de maderas que crujen
en el castillo maldito de tener que vivir…
Otra vez vuelvo a verte
sombra que pasa a través de sombras y brilla
un momento a una luz fúnebre desconocida
y entra en la noche cual estela de barco al perderse
en el agua que dejamos oír…
Otra vez vuelvo a verte,
mas, ¡ay, a mí no vuelvo a verme!
Se rompió el espejo mágico en el que volvía a verme idéntico,
y en cada fragmento fatídico veo sólo un pedazo de mí,
¡un pedazo de ti y de mí!



(Traducción de José Antonio Llardent)

Detrás de los espejos la niebla empuja barcos

 Idea Vilariño (Montevideo, 1920 - 2009)


Y levantamos 

este collar salino que el amor arrojara 

en su desdén. El tiempo abre su pecho 

de vehementes tatuajes, su túnica boreal 

Oh símbolo sombrío! Al pie de las banderas 

los crepúsculos caen, y levemente, 

tan helada rozando un silencio de aspas 

iza la guerra su violáceo esplendor 


Detrás de los espejos la niebla empuja barcos, 

inasibles partidas, detrás de su fulgor 

Y persistimos

lunes, 4 de noviembre de 2024

Y, ¿si no tengo una madre que me busque?

 

Poemas de Gilda García


Gilda García Romero. Puebla, México. Primer premio del concurso de poesía circundante de Ediciones Periféricas (2021). Primer lugar del concurso de cuentos de ciencia ficción de la Feria Internacional del Libro Astronómica de la Universidad Autónoma Metropolitana (2021). Primer lugar del concurso literario “Iluminadas” de ciencia ficción organizado por los colectivos de escritoras Especulativas y Las sin sostén (2020). Mención honorífica enel concurso de poesía organizado por Poetas Hispanos (2016). Cofundadora del colaborativo de escritores Nautas de Letras. Integrante del colectivo de poetas “El grupo de los 30”. Conductora del programa “Poesía a domicilio” en Anaquel Literario.





MONSTRUO DEL ASFALTO


Salgo de mi casa sigilosa como una felina,

me escabullo pegada a las paredes por el miedo

no quiero caer en las entrañas de una calle custodiada.

Si piso por donde no debo

caeré en el inminente agujero de manos largas.


Aún no llego a destino

me faltan varias cuadras por sortear

un monstruo de tentáculos cartilaginosos

me sigue de cerca y lame mis talones.

Corro.

Me alcanza.

Me succiona.

Desaparezco.





HUÉRFANA


Si no tuviera madre, nadie me buscaría.

Manos ausentes rebuscan en tierra húmeda.

Nadie repartiría volantes si estuviera perdida.


Las cabelleras de mujeres me envolverían

para yacer en fluidas cascadas lagrimales.

Nadaría entre sirenas de otros tiempos

mordiendo las ropas de mi propia mortaja.


Las voces preguntan cuándo terminará la caza,

no hay respuesta, porque siempre es tiempo de caza.

La piel de las caídas mudó a tierra seca

ellas están ahí, cubriendo las cenizas de las otras.


No tengo quien me busque.

Siempre andaré por la orilla de la carretera

por si alguien me recoge.

Las plantas de los pies están curtidas.


Si todo cesa, me tengo a mí misma.

No se puede pedir cita previa a la buenaventura.

La buena suerte llega empacada en papel celofán.

Mis ojos están más miopes que antes.


Y, ¿si no tengo una madre que me busque?

Las médiums de otros tiempos ya me encontraron.

Las leonas rugen fuerte.

Pero la ciudad no alberga animales feroces.