Cuando alguien muere en Bolivia
Con las patas boca arriba la mesa ruega
como rogaría una tortuga al revés
pero nadie se conmueve.
Primero hay que esperar.
El otro mundo no es otro
sino este, dado vuelta.
Así la túnica de las viudas
está hecha del mismo material
que la lencería.
Terminado el luto
voltean la mesa
para comer en ella el desayuno.
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María Alejandra Buelvas Badrán