LA FORMA DE LA MUERTE
May Swenson
¿A qué se parece el amor? Ya conocemos
la forma de la muerte. La muerte es una nube
enorme y monumental. Al principio se levanta
un párpado del ojo de la luz:
hay un estruendo, un capullo blanco
que eructa la mandíbula del miedo,
una nube alta que se revuelve del blanco al gris
como un cerebro monstruoso que estalla y se incendia,
después se torna negra, desbordándose,
llenando todo el cielo con la ceniza del terror
y , densa, envuelve entre el mar limpio
y la luna, la cabeza verde de la tierra.
Atrapados en el capullo de su aliento que asfixia
conocemos la forma de la muerte:
la muerte es una nube.
¿ Y cómo es el amor?
¿Es una partícula?¿una estrella-
completamente invisible, más allá del microscopio y del Palomar?
¿Una dimensión inimaginada, superior a la longitud de la esperanza?
¿Es un clima hermoso y remoto que jamás nos atreveremos
a descubrir? ¿Cuál es su color? ¿y su alquimia?
¿Es una gema que puede extraerse de la tierra?
¿O dragarse del mar? ¿Puede comprarse?
¿Puede sembrarse y cosecharse?
¿Es una bestia asustadiza que hay que acechar?
La muerte es una nube
inmensa, un estruendo.
El amor es pequeño y nada estridente.
Anida en cada célula
no se puede partir.
Es un rayo, una semilla, una nota, una palabra,
un movimiento secreto de la sangre y el aire.
No es ajeno, está cerca –
en nuestra piel-
una funda para mantenernos limpios de miedo.
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