ANNE SEXTON
Hay un animal dentro de mí,
aferrado a mi corazón,
un cangrejo enorme.
Los doctores de Boston
se han dado por vencidos.
agujas, gases venenosos y otras cosas similares.
Pero el cangrejo permanece.
Es un gran peso.
Intento olvidarlo, seguir con mis asuntos,
cocinar el brócoli, abrir y cerrar libros,
cepillarme los dientes y atarme los zapatos.
He intentado la oración
pero mientras rezo el cangrejo se aferra más fuerte
y el dolor aumenta.
Una vez tuve un sueño,
tal vez haya sido un sueño,
que el cangrejo era mi ignorancia de Dios.
Pero, ¿quién soy yo para creer en los sueños?
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