jueves, 12 de diciembre de 2024

En una larga marcha de un sueño a otro sueño

 

roberto bolaño / tres poemas













Autorretrato a los veinte años

*

Me dejé ir, lo tomé en marcha y no supe nunca
hacia dónde hubiera podido llevarme. Iba lleno de miedo,
se me aflojó el estómago y me zumbaba la cabeza:
yo creo que era el aire frío de los muertos.
No sé. Me dejé ir, pensé que era una pena
acabar tan pronto, pero por otra parte
escuché aquella llamada misteriosa y convincente.
O la escuchas o no la escuchas, y yo la escuché
y casi me eché a llorar: un sonido terrible,
nacido en el aire y en el mar.
Un escudo y una espada. Entonces,
pese al miedo, me dejé ir, puse mi mejilla
junto a la mejilla de la muerte.
Y me fue imposible cerrar los ojos y no ver
aquel espectáculo extraño, lento y extraño,
aunque empotrado en una realidad velocísima:
miles de muchachos como yo, lampiños
o barbudos, pero latinoamericanos todos,
juntando sus mejillas con la muerte.

~

Nopal

*

Vio el nopal, pero allí, tan lejos,
no debía ser sino un sueño.
De entre la neblina surgían: formas
redondas y blandas, repetidas,
en una larga marcha de un sueño
a otro sueño,
conteniendo, en sus formas de espejo y uña,
la imagen fulgurante
de un adolescente solo,
de pie, con los brazos extendidos,
mientras en el horizonte interminable de México
aparecían las tormentas.
Pero sobreviviría.
Y al igual que los nopales de los precipicios
su vida se suspendería en el sueño
y la monotonía
a intervalos irregulares y durante mucho tiempo.
Pero eso no era lo importante.
Importaban los nopales
y allí estaban otra vez:
de entre sus lágrimas surgían.

~

Raro oficio gratuito        Ir perdiendo el pelo
y los dientes            Las antiguas maneras de ser educado
Extraña complacencia            (El poeta no desea ser más
que los otros)              Ni riqueza ni fama ni tan sólo
poesía        Tal vez ésta sea la única forma
de no tener miedo                Instalarse en el miedo
como quien vive dentro de la lentitud
Fantasmas que todos poseemos         Simplemente
aguardando a alguien o algo sobre las ruinas  

***
Roberto Bolaño (Santiago de Chile, 1953-Barcelona, 2003) Poesía reunida. Buenos Aires: Alfaguara, 2021.

Si puedo dejarte ir como los árboles dejan ir sus hojas

 Si puedo dejarte ir como los árboles dejan ir

Sus hojas, tan naturalmente, una por una;

Si puedo llegar a saber lo que ellos saben,

Que la caída es alivio, es consumación,

Entonces el miedo al tiempo y a la fruta incierta

No perturbaría los grandes cielos lúcidos,

Este otoño extrañísimo, dulce y severo.

Si puedo soportar lo oscuro con los ojos abiertos

Y llamarlo estacional, no áspero o extraño

(Porque también el amor necesita un tiempo de descanso),

Y como un árbol estarme quieta ante los cambios,

Perder lo que se pierda para guardar lo que se pueda,

La extraña raíz todavía viva bajo la nieve,

El amor resistirá ­si puedo dejarte ir.




May Sarton

martes, 3 de diciembre de 2024

Oración a la Santa Difunta Correa

 poemas-de-jujuy-a-tierra-del-fuego  | 

Poemas de Romina Olivero (Bahía Blanca/ Neuquen)

22.09.2024 17:27 |  Noticias DiaxDia  | 

Oración a la Santa Difunta Correa (Creer o Reventar 2013)

Señora mía
que en ríos de leche navegas
que entre botellas plásticas reinas
escucha mi plegaria lactante.

No hay descanso para nosotras
si el mundo vende el agua embotellada
casi tan cara como el whisky.
No hay esperanza
si se promociona
la leche de fórmula sólo para las ricas.

Te imploro, Deolinda:
llena de líquido mi cuerpo cansado
es que mis pechos ya están secos
y mi hija sigue con hambre.

Difunta Correa
yo también
muero de sed.
Patagonia, año 3015 (Acá es Así / 2016)

un vértigo de aire pesado
silba furioso
despeinando lanas entumecidas
vuelan los pocos grillos que quedaron vivos del tiempo del sol
secos

una oveja gira su cabeza 360 grados
(la deben estar reiniciando)

Newsflash (Acá es Así / 2016)

Están criando pollos sin cabeza
en 40 días los sacan al mercado
no caminan
y vos te los comés
y yo me los como.

Son doble pechuga
sabor posverdad.

Soy un pollo
un pollo de feedlot
vivo en una jaula de 20 por 20
con otros cinco
pollos neoliberales
productivos todos.

A los 6 días de vida nos cortan el pico
prevención de violencia avícola le llaman.
En 40 días soy góndola
moriré y seré Wallmart.

A veces
junto a mis caducos hermanos
clones de pollo yankee
inventos de laboratorio
nos desquisiamos al extremo
soñamos con que algún día apaguen la luz
nos picoteamos las heridas entre nosotros
de pasados de rosca nomás.

Enrique murió hace dos días
(si, ese era su nombre)
no se dieron cuenta y sigue en la jaula
(no lo picoteamos por respeto).

Nacer pechuga.
Ser hormona y antibiótico.
Ansiar el golpe final.
Transformarse en una cena
que alguna macabra madre pondrá en la mesa familiar
para comer angustias
y engordarlas
hasta explotar.

Alacrán nocturno (Estacion Limay 2017)

¿Qué lluvias se encontrarán en la hora?
¿Cómo escandir algún otoño de nieve?
Los fluidos apuntan al sueño
despistando al anuncio de liquidación 2x1
¿Estacionará justito
frente a la conveniencia?
Calla /otorga mientras sufre
un alacrán mordiendo sus venas frías.

La rabia envuelve recuerdos vacíos
en la estación que florece
y despierta papel blanco
hacia abrazos de aire frutado.

alacrán de primavera
estación de avivarse
encontrarte vivo y con hambre
habilita cualquier rincón
de carozo enrojecido
alacrán deseo tibio

volvé a despertarme mañana
desayuno tu rapiña
de fluidos descompuestos
alacrán de mi noche
extirpame estas lógicas
de fantasma envejecido
yo me acuesto tempranito
y te espero con el sueño.

(dorado en sus puntas 2019)

cronómetro de piel este horario que nos damos
cronómetro
termostato regulable que altera calores irreales
un cuerpo
entender un cuerpo en sus trabajos del día
lo que dice lo que piensa lo que hace lo que deja
tiempo de cuerpo
arrastrarlo en labores diurnas sin dormirlo por la noche
porque no se puede por el agua por la risa por leer por otro cuerpo que no

inventarlo
un cuerpo inventado
un día brillo y otoño en crujidos frescos
otro tarde de sol que hierve inviernos de telas fuego almidones del sonido

maquinaria del sueño
pluma apelmazada / de quiebre entre sí
frazadas que no acunan un cuerpo sin vuelo
hemisferio tu risa transportador de números borrados
alcanzar tu risa
escucharla
que la grites en mi oído descubrirla llanto

todos queremos un cubrecamas blando y plumado que cubra
el vacío /cansancio
el vacío/ aburrimiento
el vacío/sillón
y el mundo está lleno de madres cuando la prisa es otra
y se extingue el abrazo que el centro ciego aúlla

escuchaste bien
mi centro ciego aúlla
surte un plasma blanco que duerme mareas de escarcha
determina medidas espaciales caminos del borde extra límite
plasma tóxico inaugura una coma
de esas que cierran
divide ausencia y pasado
averigua un nombre este plasma
averigua el mío el tuyo
no lo logra
contamina tanto artefacto
de medida

(Inédito)

Círculo de sales
cambiante cíclica corola celeste
ojos de agua que piden más
piden más
más
giran las conchillas en el cuerpo
destrozan quemaduras de nieve
abren una piel de sweater azul
omóplato al aire
los dientes muerden el labio inferior
piden más
agua
más
ardor de líquido en bruma
arrancar esta costra
cápsula de sal
que aturde tranquilidades de siesta
carpas naranjas
peces corridos de sequedad esférica
deslizada cobija de algas
calmar esta sed
que pide agua
más
ese filo borde límite
salir del agua
primero salir del agua
antes de pensar
agotar el mirar remilgado
pensar puerto/mar/cerco
barco/ río / tranquera
lancha/ lago/ alambre
saber de peces azules
tus ojos
nadar en úteros propios
aguas saladas envenenar tus venas
más agua
pedir más
tranquera del hambre
capota de amparos
escudo esta arena
clavada en el cuerpo
que sangra sales
vos yo agua tus venas
que es líquido
que es tinta
es trapecio
y riesgo

zambullirse

calmar
esta
sed

Romina Olivero nacio en Bahía Blanca 1979 – Reside desde niña en Neuquén Capital, Patagonia Argentina. Profesora en Letras por la Universidad Nacional del Comahue – Trabaja actualmente como docente y coordinadora en talleres de mediación de lectura para niñes, jóvenes y adultos. Integrante activa de la Colectiva de Escritoras Patagonicas.
Publicaciones: Creer o Reventar (junto a la poeta Carina Medina) editorial el suri porfiado 2013. –Acá es Así editorial el suri porfiado 2016 – dorado en sus puntas, editorial la cebolla de vidrio 2019. Antologías: Estación Limay Editorial 4 de Copas 2017, Paz Ya , editorial la cebolla de vidrio, 2017, Poesía argentina, modelo para armar: 62 voces de la poesía argentina actual sitio web México 2017.

domingo, 10 de noviembre de 2024

Y entra en la noche cual estela de barco al perderse

  Lisbon Revisited (1926) de Fernando Pessoa




Nada me ata a nada.
Quiero cincuenta cosas al tiempo.
Con angustia del que tiene hambre de carne anhelo
no sé bien qué:
definidamente lo indefinido…
Duermo inquieto, y vivo en el soñar inquieto
de quien duerme inquieto, a medias soñando.
Me cerraron todas las puertas abstractas y necesarias.
Corrieron cortinas ante todas las hipótesis que podría
ver en la calle.
En el callejón que yo encontré no hay el número de
puerta que me dieron.
Desperté a la misma vida que me había adormecido.
Hasta mis ejércitos soñados sufrieron derrota.
Hasta mis sueños se sintieron falsos al ser soñados.
Hasta la vida tan sólo deseada me harta -hasta esa vida…
Comprendo a intervalos inconexos;
escribo en los lapsos de cansancio;
y es tedio hasta el tedio lo que me arroja a la playa.
No sé qué destino o futuro compete a mi angustia sin timón;
no sé qué islas del Sur imposible me aguardan, náufrago;
o qué palmares de literatura me darán un verso al menos.
No, no sé esto, ni otra cosa, ni cosa alguna…
Y en el fondo de mi espíritu, donde sueño lo que soñé,
en los campos últimos del alma, donde memoro sin causa
(y el pasado es una niebla natural de lágrimas falsas),
en los caminos y atajos de las florestas lejanas
donde supuse mi ser,
huyen desmantelados, últimos restos
de la ilusión final,
mis ejércitos soñados, derrotados sin haber sido,
mis cohortes por existir, despedazadas en Dios.
Otra vez vuelvo a verte,
ciudad de mi infancia pavorosamente perdida…
Ciudad triste y alegre, otra vez sueño aquí…
¿Yo? Pero, ¿soy yo el mismo que aquí viví, y aquí volví,
y aquí volví a volver y volver,
y aquí de nuevo he vuelto a volver?
¿O todos los Yo que aquí estuve o estuvieron somos
una serie de cuentas-entes ensartadas en un hilo-memoria,
una serie de sueños de mí por alguien que está fuera de mí?
Otra vez vuelvo a verte
con el corazón más lejano, el alma menos mía.
Otra vez vuelvo a verte
con el corazón más lejano, el alma menos mía.
Otra vez vuelvo a verte -Lisboa y Tajo y todo-
transeúnte inútil de ti y de mí,
extranjero aquí como en todas partes,
tan casual en la vida como en el alma,
fantasma errante por salones de recuerdos
con ruidos de ratas y de maderas que crujen
en el castillo maldito de tener que vivir…
Otra vez vuelvo a verte
sombra que pasa a través de sombras y brilla
un momento a una luz fúnebre desconocida
y entra en la noche cual estela de barco al perderse
en el agua que dejamos oír…
Otra vez vuelvo a verte,
mas, ¡ay, a mí no vuelvo a verme!
Se rompió el espejo mágico en el que volvía a verme idéntico,
y en cada fragmento fatídico veo sólo un pedazo de mí,
¡un pedazo de ti y de mí!



(Traducción de José Antonio Llardent)

Detrás de los espejos la niebla empuja barcos

 Idea Vilariño (Montevideo, 1920 - 2009)


Y levantamos 

este collar salino que el amor arrojara 

en su desdén. El tiempo abre su pecho 

de vehementes tatuajes, su túnica boreal 

Oh símbolo sombrío! Al pie de las banderas 

los crepúsculos caen, y levemente, 

tan helada rozando un silencio de aspas 

iza la guerra su violáceo esplendor 


Detrás de los espejos la niebla empuja barcos, 

inasibles partidas, detrás de su fulgor 

Y persistimos

lunes, 4 de noviembre de 2024

Y, ¿si no tengo una madre que me busque?

 

Poemas de Gilda García


Gilda García Romero. Puebla, México. Primer premio del concurso de poesía circundante de Ediciones Periféricas (2021). Primer lugar del concurso de cuentos de ciencia ficción de la Feria Internacional del Libro Astronómica de la Universidad Autónoma Metropolitana (2021). Primer lugar del concurso literario “Iluminadas” de ciencia ficción organizado por los colectivos de escritoras Especulativas y Las sin sostén (2020). Mención honorífica enel concurso de poesía organizado por Poetas Hispanos (2016). Cofundadora del colaborativo de escritores Nautas de Letras. Integrante del colectivo de poetas “El grupo de los 30”. Conductora del programa “Poesía a domicilio” en Anaquel Literario.





MONSTRUO DEL ASFALTO


Salgo de mi casa sigilosa como una felina,

me escabullo pegada a las paredes por el miedo

no quiero caer en las entrañas de una calle custodiada.

Si piso por donde no debo

caeré en el inminente agujero de manos largas.


Aún no llego a destino

me faltan varias cuadras por sortear

un monstruo de tentáculos cartilaginosos

me sigue de cerca y lame mis talones.

Corro.

Me alcanza.

Me succiona.

Desaparezco.





HUÉRFANA


Si no tuviera madre, nadie me buscaría.

Manos ausentes rebuscan en tierra húmeda.

Nadie repartiría volantes si estuviera perdida.


Las cabelleras de mujeres me envolverían

para yacer en fluidas cascadas lagrimales.

Nadaría entre sirenas de otros tiempos

mordiendo las ropas de mi propia mortaja.


Las voces preguntan cuándo terminará la caza,

no hay respuesta, porque siempre es tiempo de caza.

La piel de las caídas mudó a tierra seca

ellas están ahí, cubriendo las cenizas de las otras.


No tengo quien me busque.

Siempre andaré por la orilla de la carretera

por si alguien me recoge.

Las plantas de los pies están curtidas.


Si todo cesa, me tengo a mí misma.

No se puede pedir cita previa a la buenaventura.

La buena suerte llega empacada en papel celofán.

Mis ojos están más miopes que antes.


Y, ¿si no tengo una madre que me busque?

Las médiums de otros tiempos ya me encontraron.

Las leonas rugen fuerte.

Pero la ciudad no alberga animales feroces.