domingo, 17 de diciembre de 2023

Demasiado livianas

 Circe Maia (Montevideo, 1932)


Trabajo en lo visible y en lo cercano

-y no lo creas fácil-.

No quisiera ir más lejos. Todo esto

que palpo y veo

junto a mí, hora a hora

es rebelde y resiste.


Para su vivo peso

demasiado livianas se me hacen las palabras.

La poesía es decir una cosa por otra y que sea verdad

 Mirta Rosenberg (Rosario, 1951 - Buenos Aires, 2019)


La poesía es tener la convicción

de que transformando el lenguaje

es posible transformar la realidad 

La poesía es decir una cosa por otra

y que sea verdad.

La palabra jamás me hace morir.

La palabra ojalá me colma de angustia, 

de ansiedad, y es mi agonía.

La vida es una noticia conmovedora

 Blanca Varela (Lima, 1926-2009)


Estréchame las manos,

la única luz que nos queda,

no me dejes olvidada

en la cima de una ola.


Aléjate.


Aparten ese frío paisaje de cipreses,

escombren esos náufragos que ocultan el horizonte.


La vida es una noticia conmovedora.


Atravieso el desierto,

la terrible fiesta en el centro de un cielo derribado.

Estoy casi olvidando.

Deseos, piedras, cielo a jirones, ni un ave

 Blanca Varela (Lima, 1926-2009)


Deseos, piedras, cielo a jirones,

ni un ave.

Estoy huyendo.

Una nueva montaña,

un río joven, sin ira.


Éste es el mundo que amo.

Quiero un cielo veloz,

la mañana distinta, sin colores,

para poner mis ángeles,

mis calles donde siempre hay humo y sorpresa.

Que va, que viene... como las cebras

 Boris Vian (Ville-d'Avray, 1920-París, 1959)


La vida es algo que tiene que ver con varias cosas

En cierto sentido es algo que no se discute

Aunque siempre se puede cambiar de sentido

Porque no hay nada tan interesante como una discusión.

La vida es algo grande y bello.

Algo que incluye fases alternadas

Con una regularidad que tiene algo de prodigio

Ya que a una fase siempre le sigue otra

La vida es algo lleno de interés

Que va, que viene... como las cebras.


Puede suceder que uno se muera

—Y hasta puede suceder que suceda—.

Y sin embargo con eso no cambia nada:

La vida tiene que ver con varias cosas

Y en ciertos aspectos, además,

Está ligada a otros fenómenos

Todavía poco estudiados, poco conocidos,

Acerca de los cuales no vamos a insistir.

Los vientos las traen de nuevo y yo las poseo

 «En la extremidad de mí estoy yo. Yo,

implorante, yo, la que necesita, la que pide,
la que llora, la que se lamen­ta.
Pero la que canta. La que dice palabras.
¿Palabras al viento? Qué importa, los vientos
las traen de nuevo y yo las poseo.
Yo al lado del viento. La colina de los vientos
aullan­tes me llama. Voy, bruja que soy.
Y me transmuto.
Oh, cachorro, ¿dónde está tu alma?
¿Está cerca de tu cuerpo? Yo estoy
cerca de mi cuerpo. Y muero len­tamente.
¿Qué estoy diciendo? Estoy diciendo amor.
Y cerca del amor estamos nosotros».



• "He venido a escribirte, es decir, a ser", (extraído del poemario "El lugar de la poesía, Es solo ir diciendo"), de Clarice Lispector | Escritora brasileña.
Nació el 10 de diciembre de 1920.


Para Clarice Lispector, la poesía es una experiencia, la memoria, una praxis. El lenguaje poético revela lo iniciático, lo inventivo, lo indecible:
«Yo no sé escribir, perdí la manera. Pero ya he visto mucha cosa en el mundo. Una de ellas y no de las menos dolorosas, es haber visto bocas que se abrían para decir o tal vez apenas balbucear, y que simplemente no lo conseguían. Entonces yo quisiera a veces decir lo que ellas no pudieron hablar».

martes, 5 de diciembre de 2023

Los libros ondean como peces de río

 

Flor Braier

Inundación

Un día me despierto y el agua
me llega hasta las rodillas
los libros ondean como peces de río
una bufanda nada a la deriva
la vajilla se hunde
solo flotan las tacitas chinas
ya es tarde para salvar el manual de insectos
que es parte del fondo marino
y yo que quería hacer tantas cosas
ser bailarina
esperar el tren en polainas
estirar el brazo como un junco
por arriba de la cabeza
caer siempre bien parada
impuntual pero esbelta
rota pero esbelta.


Balcones

Algunas veces me cruzo
con el vecino del quinto
en la entrada del edificio
lo veo desde lejos
y espero con la puerta abierta
soy así de caballera
si le brillan los ojos detrás
de los vidrios redondos
sé que tuvo un buen día
si no más tarde
se apoya sobre la baranda
como si mirara el mar
y no esta avenida trillada
por eso me gusta acompañarlo
abrirle la puerta
por si al cruzar la calle
se quedó esperando
el semáforo más de la cuenta
pensando que en algún momento
algo descarriló
como si ya no pudiera sentirse
demasiado triste o demasiado contento
¿algo descarriló?
entonces me consuela abrirle la puerta
reconocer el exceso de abrigo
o la barba crecida.
Yo también me quedé mirando
más de la cuenta
un perro quieto
la persiana de la panadería bajando
primero la estridencia
y después el silencio
mientras cerraban el candado.
Nos sostenemos la puerta nada más
a veces salimos a la vez a los balcones
y actúo un súbito interés por la santa rita
por la disposición geométrica
de las macetas.


Fuera de temporada

IV.

Hubo demasiada balada
nadie fue del todo impermeable
a la melaza clonada en VHS.
La chica en la playa flequillo en flor
el chico apareciendo desde atrás.
Nos pusieron esa droga en la bebida
ese cassette infame en el cerebro
donde alguien salido del viento
viene siempre a salvarte.


Epecuén

Se fueron a Carhué a construir
casas con pastos perfectos y ojos vacíos.
Las ruinas del pueblo inundado solo
las visitan los turistas.
Acá estaba la pizzería, ahí la escuela
esta era la pista de baile y esa pared del fondo
la Heladería Flamingo.
Hace unos años el pueblo fue tapa de diario,
gente de todo el país
flotando sobre el agua al mismo tiempo.
Ahora junto a la tortuga más rápida
la señora más anciana
la araña más venenosa
están las ruinas de Epecuén:
casi dos mil cuerpos quietos como estatuas
haciendo equilibrio en la laguna
para salir bien en la foto
y batir el récord.
Alrededor de los árboles blancos
secados por la sal
vuela el pajarerío nítido.
Alguien dice que en los documentales
nadie logra descifrar el secreto
de las bandadas que dibujan
formas geométricas en el cielo:
misterio.
Un anciano pedalea al atardecer
encontró entre las ruinas
unas copitas de cristal
y un vermut que todavía estaba
bastante bueno.



Flor Braier (Buenos Aires, 1979)

Actriz, cantante, compositora y escritora. Radicada en Buenos Aires desde 2004, vivió y se formó en Barcelona.

Poesía
Los nombres propios, Buenos Aires, Caleta Olivia, 2018
Bambalinas, Buenos Aires, Vinciguerra

Antologías
Poemas y relatos desde el Sur, Barcelona, Ediciones Carena

Discos
Duermen los animales, 2019
NIT, 2017
Río, 2014
Pony feelings, 2011

Links
Poemas. En Efecto Antabus
Video. «Wonderlay»

martes, 21 de noviembre de 2023

No cantemos aún, todavía no

 Poesía

Poesía mexicana

Soñando con veneno para ratas

Miércoles 27 de abril de 2016

Óscar de Pablo en la tercera entrega de la curaduría de la autora de Carneada. Lo define como a uno "de esos escritores que parecen haber vivido y leído mucho más de lo que podría caber en menos de cuarenta años".

Óscar de Pablo

Notas y selección de Soledad Castresana.

Nació en la ciudad donde murió Manuel Puig, Cuernavaca. Según los registros, en el 79, pero a mí me cuesta creerlo. Óscar de Pablo es de esos escritores que parecen haber vivido y leído mucho más de lo que podría caber en menos de cuarenta años. Su poesía es prima de la de Alejandro Crotto, intuí cuando empecé a leerlo. Y no me equivoqué: el último libro de De Pablo se abre con dos versos de Abejas.

Es autor de la novela El hábito de la noche (2011), del relato histórico El capitán Sangrefría–Conversación con el fantasma de Rosendo Gómez Lorenzo (2015) y de varios libros de poemas, entre ellos: El baile de las condiciones (2011) y De la materia en forma de sonido (2015). Recibió los premios de poesía Elías Nandino (2004), Jaime Reyes (2005) y Francisco Cervantes (2006), así como el de guión cinematográfico Alejandro Galindo (2010). Estudió Ciencia Política en la UNAM, pero no obtuvo la licenciatura. Dice que su formación política, que tiene mucho peso en su poesía, viene de la militancia en un grupo trotskista. 

Dejos dos poemas de El baile de las condiciones, que acaba de ser editado en Argentina por Audisea (contratapa de Crotto, otra vez) y que les recomiendo con entusiasmo. Al final, un video de yapa.

 

ÉRAMOS RATONES,

 

temblando en un rincón de casa de mi madre, allá en

      la casa enorme de mi madre. Mi madre, una

      princesa

sin príncipe y sin rey, ya entonces era frágil

como una veladora; su casa era un rincón adentro de

su casa. Dentro, llena de miedo, repartía a sus

dos hijos

vestigios ínfimos de azúcar y de queso. Siempre fuimos

    ratones

allá en la casa enorme de mi madre. Los tres nos 

ocultábamos en los resquicios, soñando con

veneno para ratas, pues éramos pequeños

e indeseables ratones, allá en la casa enorme de mi

   madre.

 

No sé quiénes serían los verdaderos dueños, de aquella

   casa enorme de mi madre. Los verdaderos

dueños de los que había que huir,

no sé quiénes serían, allá en la enorme casa

enorme de mi madre.

 

Acaso los ratones.

 

 

PANFLETO

(fragmento)

 

Ya llegará el momento de los himnos: memoria

mientras tanto. Mientras tanto salir, interrogar

la senda circular de las voces, los ruiditos

profundos y marinos

de la lengua tezontle; sacarle a la piedrita del lenguaje

   ecos inusitados, contener en sus centros el crujir de

   las letras, contener la memoria, pero nunca los

   pálpitos de sangre, pero nunca el aliento, pero

   nunca. Como rezar, hablar, recordar con la

   lengua y así llegar a ser

como la almeja toda, toda lengua. Hablar en el papel

y en el sonido, para no quedar fuera de esta

cábala abierta, de este hervidero popular del

habla, este guiso de pobre —olla de sobras—,

canto latente así, pegado al suelo, memoria

rumorosa y subterránea

de los antiguos árboles de canto.

 

No cantemos aún, pero nunca dejemos

que se apaguen del todo las brasas de la lengua, pero

nunca olvidemos el humano camino

de la voz hacia fuera. No cantemos aún, todavía no:

no ha llegado el momento de los himnos.

 

En su voz, acá: 

sábado, 18 de noviembre de 2023

Todo lo que tiene luz desaparece

 Cada verano

veía volar luciérnagas


de repente

la luz que las encendía

se pagaba

formaba un ciclo


se oscurecía


la noche e

era

un escenario perfecto


todo lo que tiene luz

desaparece




María Fernanda Regueiro

miércoles, 15 de noviembre de 2023

Las ollas tiznadas y la luna

 "Cuando me muera"

«Disparen nomás, estoy
acostumbrado a morir»
(de un relato oral)
cuando me muera deberé cruzar el río
qué perro hará de guía si no tengo
un perro flaco que olerá mi cobardía
irá a mi lado
y estará la vieja en la balsa
le entregaré dos llankas
para que me cruce
las piedras arrancadas de cuajo
de mi garganta
de mi estómago
crecidas en los dolores
en los gritos que no pude gritar
cuando se agrandaban mis ojos
y hacía que vivía
entregaré esas piedras
y no habrá más
seguro lágrimas
porque no pude encontrarle el secreto a esta vida
porque me fui
detrás de los fantasmas
buscando tramas
y arañas
y cántaros
y hojas
¿reconocerá la vieja su valor?
subiremos con mi perro
La balsa se deslizará en la tarde
hacia el oeste
arribaremos
y tiene que estar allí mi hermana menor
tiene que estar
no puede ser la muerte una nada para un pájaro
para quien ha pintado con pinceles el fuego
ella tendrá cicatrices visibles en los ojos
sus ojos más certeros aún
hurgarán en mí
hasta sacarme las espinas
me dibujará el rostro con sus dedos
una huella de choique
arderá el fuego sobre piedras azules
comeremos corazones palpitantes
y mi hermana pintará un kultrun en el aire
con la sangre
después no sabré
si soy un caballo
o un resuello
si es el viento una trutuka
y saldremos galopando
a desparramar las estrellas del río
y en el movimiento circular
sabré de una vez
qué es ser un guerrero que corre libre hacia la muerte
qué visiones lo ardían
regresaremos al mallín
y habrá la gente alrededor del fuego
las ollas tiznadas y la luna
y cada hoja de los álamos brillando
entonces me recordaré
de ellos tan lejos
y moriré de nuevo
de los barrios planes de vivienda
creciendo en vértigo
en la ciudad con horizonte
las bolsas de nylon y las estrellas allí
entre los cables del alumbrado público



Liliana Ancalao

martes, 7 de noviembre de 2023

Un largo silencio encendido

 Abro el cigarro

como si fuera una hoja de tabaco
y aspiro ávidamente
la ausencia de tu vida.
Es tan bello sentirte fuera,
deseoso de verme
y nunca jamás escuchado.
Soy cruel, lo sé,
pero la jerga de los poetas es esto:
un largo silencio encendido
tras un larguísimo beso.
ALDA MERINI.

jueves, 2 de noviembre de 2023

Como un príncipe al filo de la noche cósmica

 

omingo, 28 de noviembre de 2010

ELLA DUERME (y otros poemas) / Jerónimo Pimentel

.

.ELLA DUERME (novela negra)
.Despierto con una imagen confusa:
oso estrábico en cuya balanza no se ha cebado aún la moral
ni las falsas esperanzas de los pobres. No hago bulla,
aunque no puedo dejar de sospechar que con cada paso que doy
una quimera se empecina con esa que eres tú en tu sueño;
Alicia asustada, carnada fresca para el pez martillo. Trato de no caer
y busco el equilibrio en mi tronco. En su defecto hallo fotografías
borrosas que debieran decirme quién soy y qué he hecho,
pero su luz es incapaz de penetrar mi fondo marino y entiendo por fin
el secreto de la vida abisal. Abro la puerta como un cerrajero proscrito
y me escabullo de la habitación lentamente, con la excitación calma
que provoca lo prohibido en los hombres. Ella duerme.
El escenario se ofrece como óleo que quedó en bosquejo y la casa,
en abandono, se comporta como un dios furioso que ha perdido
el control de sus actos (mientras un pájaro negro te susurra al oído:
niño, todo pasó cuando dormías). Las manchas
sugieren siluetas que dispara la máquina de proyección:
ahora, tan temprano, es posible hacer gestalt con figuras vacías
y empezar a encontrar las respuestas que exige un sábado
que se resiste a iniciar (alborada perdida en ventiscas):
¿Ángeles corruptos, murciélagos inmaculados o feroces amenazas
de embargo en las cartas sobre la mesa? ¿Desperdicios de fiesta,
restos de gordas alimañas o el ruego líquido de un dios para hacernos bailar?
Apolo lanza maldiciones bordadas en flores al balneario más pequeño
de la costa Pacífico pero ¿qué falda se ha levantado
para llamar su atención esta vez? ¿Acaso alumbra a la mujer que duerme
un viernes eterno? Acosado por haces de luz y un sabor salino
en la boca recojo de la cesta mi primera revelación diurna:
nuestra historia despegará en un hermoso vuelo de uvas y tú,
ataviada como una oruga nupcial, crearás nuevas lenguas
con las voces de asombro recogidas.
.El sol anuncia:
la sangre gana al sueño.
Es momento de salir.
.Estiro las piernas y me enfundo en rayas para detener
el cataclismo de mi cabeza (de cada hebra brota un fin de mundo posible).
La calle es fecunda en su fauna aparente, pequeñas estridencias
de una noche intacta recuerdan el cambio de vida: de predador nocturno
a paseante matinal, de obsesión alcohólica a previsión canábica,
de promesa de parte a ilusión falleciente. Los proyectos hacen fila
con la resignación que los limeños han puesto en la espera.
Ella duerme, y aun a seiscientos metros de casa es posible escuchar
la alegría de su sed: ¡fresas, trae las fresas para mí!
Registro los tallos, su invitación de madurez,
y ausculto el tamaño de las semillas para elegirlas agrícolamente,
honrando el cuidado con el que fueron criadas.
Fuera, la luna deja ver su coqueta esferidad mientras una corte
encubre sus intenciones de fuga. Aplaudo el acto y vuelvo a la cueva
con ese andar remoto que concede la labor cumplida, satisfecho de mí mismo,
compensado por el vicio ajeno, así de espantosa es la indulgencia
cuando se mira en el espejo propio. Juego entonces a ser quien soy:
un hombre que el tiempo ha deshecho. ¡Ese fin de los miserables!,
exclama el periodiquero, y en su tono asoma ese desdén tan próximo a la astucia
que convierte en complicidad lo que sólo son insultos.
Con el entusiasmo apaciguado mascullo mi bienvenida,
subo a casa y noto mi función delatora.
Soy el cascabel del animal, la seña auditiva que alerta:
¡el único entre los muertos vive!
.Si he alzado las cortinas o no, no lo recuerdo.
Los platos están donde los dejé.
Todas las avenidas importantes van al mar.Ella duerme en mi cama vacía.
.
.

JAMES WHALE.
El laboratorio se dispone, las luces se apagan, el reflejo de la luna ondula sobre el agua de noche. Un armatoste fundido en el sótano estalla rayos de luz agria, el contraste sobre la pared crea águilas evanescentes que agitan alas lisérgicas, el hambre revolotea sobre el corazón científico de la ciudad. La bata de doctor griego se funde sobre la sombra del moño, sonríe lo que queda de una enfermera húngara. He aquí un homenaje al imperio desde la miseria de un suburbio feudal. Se acciona el convertor sónico, baja la palanca, un genio de manos cortas y pelo revuelto lanza maldiciones sobre aldeanos temerosos mientras acciona el transformador. Ellos, desde las persianas quebradas de sus casas, auscultan al loco que arrebatará los focos de sus vidas.
.Yo soy la alquimia, la energía de la noche vóltica.
Mi obsesión insufla vida a la carne yerma.
.En la camilla, el espantajo yace con el pecho abierto: corazón de buey, cerebro profano, piernas equinas, brazos robot, frente plana, piel sáurica. Las fauces, dientes lagartos que trillan el menor intento de bondad. El sexo, la pieza intacta de la última carnicería. El pararrayos atraviesa el cielo y otorga distinción al experimento; James Whale recoge la copa y brinda en su honor. ¿No es amar consumar la obsesión propia? Viejo Prometeo, ¿dónde el fuego sino en tu entraña?, ¿cómo el heroísmo si no hay dolor? Estalla la tormenta y el aniego insemina; pronto las nubes alcanzarán la tropósfera y la estática cargará la luz que divide el hielo. La historia requiere una descarga fecunda. Y la historia, siempre, se cumple con la rapacidad de un deicidio:
.Frecuencia: 1 megaherz.
Temperatura: 27 000 °C.
Velocidad: 44 000 metros por segundo.
.El rayo truena como una carcajada y el Caído desciende para burlarse de los hombres. Posa su mano en la encarnación y permite que fluya eso que no es posible llamar vida; la hostia negra consagra el hechizo de la misa sulfúrica. El mal besa en los labios con un cariño que en la penumbra se confunde con amor. La mansión retumba con el íncubo: los postigos se astillan y la madera vence, los libreros caen, las chispas arden, el papel incendia, las vigas ceden. Un piso sobre otro sobre vísceras corruptas. La máquina explota en tuercas y los electrodos se disparan como tentáculos de Kraken: el doctor al piso, el fuego proyecta una sombra sobre la casa, la sombra crece para reinar como una maldición rumana sobre un pueblo perdido. La ambición reserva su última mirada a observar lo magnífico de la creación.
.Entonces, todos los demonios de la tierra le rodearon, Les vió el cadáver triste, emocionado: incorpórose lentamente, abrazó al primer hombre, echóse a andar..
.
ORION
.
…………………………………………………..
a mi padre
.Cliff Burton apareció como un náufrago
en la Costa Verde
el 28 de septiembre de 1996.
…………………………………………………..Los pescadores se dieron cuenta
pues sus ojos rivalizaban con el sol apagado del cielo
y su pecho hundido recordaba al de Olaya
…………………………………………………..ante
………………………………la proeza.
Vestía pantalones acampanados, un polo negro
…………………………………………………………….manga
…………………………………………………………….cero,
y de sus dedos brillaba el metal de calaveras piratas
forjadas al contraluz de una costa
desierta.
………………………..El pelo bajaba por su cintura
…………………confundiéndose con algas
………………que luego dejaban sus pies
…………a manera de huellas, mientras
sus labios se abrían
como el bostezo de una morsa
………………………………del que emergen
………………………………filudos dientes cariados,
………………………………ahora enfrentándose
………………………………a la lluvia multicolor
………………………………de las piletas.

Subió Burton la cuesta con pesadez.
Retumbaba la ciudad histórica a sus pasos
mientras la Escuela Militar se remecía
………………………………bombardeada
………………………………por la posma.
La armada cobró vida
…..a la voz de un sargento que gritó al cielo
………………………………“¡el Llamado!”, provocando que un cadete
………………………………apenas recluso
que embellecía la academia con una camiseta
en el que Margaret Thatcher era asesinada
…………contestara
…………con ahogo: ………… “¡Clifford Lee Burton!”.
.Con sólo oír su nombre una manada de chacales le rodeó
y siguió
con la misma fidelidad que obtuvo Oberlus en la Isla de Carlos,
………………………………dirigiéndose la improvisada tropa
………...hacia el Centro de Lima
por el camino central de la Vía Expresa
donde su espontáneo orden y andar armónico
llamó la atención de locos
………………………………drogos
……………………………………y mendigos
que vieron en la marcha fantasma
la última oportunidad de salvar sus almas
emprendiendo una revolución,
………………………fuera ésta la que
………………………………fuera.
.Cerca de la Plaza San Martín
viró Burton a la izquierda de un kiosko
y llegó al Bar Yacana
………………………donde exigió una Rickenbacker 4001JG
………………………que hizo tronar de la misma forma
en la que rugirán las cornetas de los jinetes
………………………………………...cuando se abran las puertas del infierno.
…………………………………………A esto
el ejército desarrapado contestó con alaridos de satisfacción
y solicitó de inmediato a quien era ya por entonces
un ángel embravecido
……………………………………………………que por favor consuele a la ciudad
……………………………………………y a sus habitantes
……………………………………………………con un solo de bajo
a lo que él respondió meneando la cabeza
……………………………………………y graduando la distorsión
….en el punto justo de Mesmer.
……………………………………………Siguieron luego los gritos,
……………………………………………………chillaron las hienas,
………………………………y hubo también quién optó por brindar
……………………ofrendándose desnudo
……………………mientras las notas invadían
calles
……….quintas
……………………y callejuelas
y el sonido se hacía tan grave
y en tan baja frecuencia fecundaba a las flores
que de ellas empezaron a brotar trémolos
……………………………………………………húmedos
……………………y armónicos irreproducibles
……………………y fecundó también a las putas del jirón Camaná
……….que empezaron a aullar el coro
……….de una misa gótica.
.Y cuando el último acorde se desvaneció en el vaho
……………………………………………………con ese singular efecto sedante
……………………………………………………San Francisco 1983,
Burton caminó hacia la costa donde se hizo uno con el mar
y luego con la nada
y luego fue sólo un hombre a punto de explotar
desapareciendo en el abismo
como un príncipe al filo de la noche cósmica.







.JERÓNIMO PIMENTEL: (Lima, 1978) Estudió Periodismo en la Universidad Católica. Integra el grupo La Pandilla Interior. Es redactor de la revista Caretas. Ha publicado Marineros & boxeadores (2003), Pequeños poemas para caras largas de Armando Chang (2003), Frágiles trofeos (2003), La forma de los hombres que vendrán de Matías P. Delgado (2010) y La muerte de un burgués (2010), que fuera presentado en lima recientemente y al cual pertenecen los textos que publicados aquí por por cortesía del autor.
.JUAN CARLOS ZEBALLOS / Pintura. Óleo sobre tela. 100 x 100 cm.
.

Nunca fuimos las creaturas vitales de este mundo

Vegetocentrismo



 Gilda García Romero

Nunca fuimos las creaturas vitales de este mundo.
Millones de seres nos precedieron en la existencia.
Líquenes, simbiosis de hongos,
células procariotas ganaron territorio en la historia.

Ahora somos supervivientes en el borde salvaje,
despojos de carnes viejas de ojos lustrosos.
Vivimos en la necrópolis donde hubo aldeas.
Hay calzadas en ruinas,
redes virtuales impredecibles,
ganado experimental,
software oxidado y vegetales monstruosos
acechando la periferia.

La naturaleza ha mutado como hembra turbada,
el candor del pistilo se fue.
Ya no acaricia las sienes humanas.
Ahora es una madre hambrienta de civilización,
se devora datos precargados,
y nos vomita los algoritmos fundidos con savia.

Animales deformes habitan calles otrora aglutinadas.
Ahora los peces tienen largo pelaje,
las enredaderas confabulan con inteligencia artificial,
las escamas de los lobos brillan mientras ellos aúllan.
Intoxicamos al universo botánico.

La cascada de la perfidia cae sobre la vida.
Moja con negras gotas mi nuca.
Aún escondida en las cuevas recónditas me hallará Ninsar,
comerá de mi cráneo y de los dispositivos.
Estamos lejos del pacto con la naturaleza. ¬

Y ranas en los estanques cantando en la noche

 

Sara Teasdale. Vendrán lluvias suaves



Vendrán lluvias suaves


Vendrán lluvias suaves y olor a tierra mojada,
Y golondrinas rolando con su chispeante sonido;

Y ranas en los estanques cantando en la noche,
Y ciruelos silvestres de trémula blancura.

Los petirrojos vestirán su plumoso fuego
Silbando sus caprichos sobre el cercado;

Y nadie sabrá de la guerra, a nadie
Preocupará cuando al fin haya acabado.

A nadie le importaría, ni al pájaro ni al árbol,
Si toda la humanidad pereciera;

Y la propia Primavera, cuando despertara al alba,
Apenas se daría cuenta de nuestra partida.

miércoles, 25 de octubre de 2023

Yo no puedo evitar que sufras pero puedo darte la fuerza de mi risa

 

Letras y luchas: 5 Poemas de Roxana Miranda Rupailaf

Roxana Mirana Rupailaf (1982 – Osorno) es una poeta mapuche-huilliche del sur de Chile. Es profesora de Lenguaje y Comunicación y obtuvo su titulo en la Universidades de Los Lagos (Osorno) y Götingen (Alemania). Posteriormente, continuó sus estudios graduados en la Universidad Austral de Chile.

Su escritura ha alcanzado gran reconocimiento nacional e internacional, incluyendo traducción de sus poemas y publicaciones en varias revistas internacionales. En 2006 y 2008 ganó el premio del Consejo Nacional del Libro y la Lectura. Hasta ahora ha publicado cinco libros: Tentaciones de Eva (2003), Seducción de los venenos (2008), Shumpall (2011 and 2018), Kopuke filu-serpientes de Agua (2017), y Trewa Ko (2018). Además, su poesia ha sido incluida en varias antologías de poesia Epu Mari ulkantufe ta fachantu/20 poetas mapuche contemporáneos (2003) y  Antología de poetas americanos (Canada, 2005).

Hoy dejamos dos poemas inéditos («No podrán arrancarnos…» y «El guindado provoca…») que la poeta nos comparte sobre el estallido y revolución en Chile. Además, dejamos tres poemas seleccionados por su autora y relacionados a esta situación actual. Foto por Alvaro de la Fuente.

 

1
No podrán arrancarnos las visiones
no podrán arrancarnos las visiones
el galope de la sangre en el camino es una mancha de luz que hiere el día
el sacrificio del líquido caliente en el ritual
antecede a las palabras
reiteradas en la danza de los cuerpos
que gritan sus nombres
se pronuncian a sí mismos como única promesa
como última promesa del regreso
No
No
No
Nunca podrán arrancarnos las visiones

 

2
El guindado provoca una sucesión de pesadillas
recortes de la muerte
cuerpos que se deshacen
rostros que se arden
yo no puedo evitar que sufras pero puedo darte la fuerza de mi risa
yo no puedo evitarte lo real
la herida
el golpe de los otros
la injusticia
La mancha de la guinda en el mantel
La imagen de la fruta que se expande por los cuerpos
Debe ser el azúcar de las guindas
o la mezcla del brebaje con el vino
lo cierto es que vinieron pesadillas
entraron por mi boca
me inundaron de visiones
yo no puedo evitarte lo real pero puedo ofrendarte mi alegría

 

3
La ciudad es una trampa
esta ciudad es un agujero
un laberinto negro
donde nadie espera
donde nada espera
Yo que soñé el abrazo
y el abrazo no estuvo
sí, la palabra sucia salida de la boca de los brutos
Esta ciudad está llena de brutos
de violencia
de ojos que son cuchillos
de piedras
que todos quieren arrojar sobre los cuerpos
esos cuerpos que son el aleteo limpio de la imaginación
esos cuerpos que son agua
oxígeno de calles consumidas por el humo
por el fuego
el azar de golpearnos por doquier
Amoratarnos
vaciarnos el adentro
lamer toda la esquina
reconstruir el cuerpo
zurcir la escena.
Esta ciudad
este país está lleno de brutos

 

4
«Mi Fragmento:
Mi país se llama Chile
Aquí,
yo floto herida naufrago
El jardín de placentas que pronuncia mi nombre
se llama Chile
Ya no puedo escaparme del Edén
porque mi paraíso de muertes y atentados
Mi cárcel de aire y de tortura
Las cabezas con gusanos que yo amo
están aqui
Mi fragmento
Mi fragmento
Lo que me pertenece
Lo que me quitaron
Mi mudez se llama Chile
Mi látigo
Los asesinos
Mi duelo
La venganza de laureles
Maleficios
Troncos rotos
Sacrificio de gallinas
Es la sangre revuelta con la tierra
Corazones sudando en mi bandera sin estrella
Ya te digo
Ya te digo
Yo no puedo escaparme del Edén»

 

5
Voy a incendiar esta ciudad
sus casas
Voy a quemarte lentamente los cabellos
para que no olvides la herida
Mi herida
el puñal con el que tantas veces trataste de matarme
Voy a quemarte el rostro
los rostros en los cuales te miraste el deseo
Arderán como muñecas plásticas las palabras con las que nunca pudiste acariciarme
Voy a incendiar esta ciudad
tus pasos
todo árbol de un de pronto será llamas
Yo misma me quemaré las manos y los ojos
el vestido
a pedazos se caerá mi cuerpo oscuro
y no me dolerá
no voy a quejarme
porque la ciudad (tu ciudad) arderá conmigo