jueves, 2 de noviembre de 2023

Nunca fuimos las creaturas vitales de este mundo

Vegetocentrismo



 Gilda García Romero

Nunca fuimos las creaturas vitales de este mundo.
Millones de seres nos precedieron en la existencia.
Líquenes, simbiosis de hongos,
células procariotas ganaron territorio en la historia.

Ahora somos supervivientes en el borde salvaje,
despojos de carnes viejas de ojos lustrosos.
Vivimos en la necrópolis donde hubo aldeas.
Hay calzadas en ruinas,
redes virtuales impredecibles,
ganado experimental,
software oxidado y vegetales monstruosos
acechando la periferia.

La naturaleza ha mutado como hembra turbada,
el candor del pistilo se fue.
Ya no acaricia las sienes humanas.
Ahora es una madre hambrienta de civilización,
se devora datos precargados,
y nos vomita los algoritmos fundidos con savia.

Animales deformes habitan calles otrora aglutinadas.
Ahora los peces tienen largo pelaje,
las enredaderas confabulan con inteligencia artificial,
las escamas de los lobos brillan mientras ellos aúllan.
Intoxicamos al universo botánico.

La cascada de la perfidia cae sobre la vida.
Moja con negras gotas mi nuca.
Aún escondida en las cuevas recónditas me hallará Ninsar,
comerá de mi cráneo y de los dispositivos.
Estamos lejos del pacto con la naturaleza. ¬

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