PERRAS
Zel Cabrera
Le ladramos al amor apenas lo olfateamos
a la distancia.
Le ladramos al albañil, al cartero,
al repartidor de pizza,
al señor que nos surte los garrafones
de agua. Lo mismo al ladrón que intentó
allanar nuestra morada y al amante
trasnochado que llegó al departamento
con un six de cervezas lager
y una caja de cigarros.
No hubo diferencia. El enemigo
siempre usa pantalones
y perfume
barato.
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