Del laberinto, según Juana Inés
Julia Santibáñez
En Creta no se ubica el edificio
que el Minotauro corre, veterano,
las galerías donde quiere, ufano,
arrebatar más presas de suplicio
mientras el noble héroe novicio,
Teseo, mitad dios, mitad humano,
sueña vencer al híbrido profano,
reinar sobre la casa de artificio.
Que Amor es el más grande laberinto
lo subrayó la Musa y yo lo creo:
he muerto y he matado en su extravío.
De nuevo aquí, hoy lucho por instinto.
No sé si mato o muero, si Teseo
o Minotauro soy. Ay albedrío.
De don Quijote, el inventario
Por lancear a los cuerdos encendido
de insania y amadíses y obsesivo,
por extremo de amor, por atrevido
que no rinde su espada ante el altivo;
por ser de encantadores combatido
y diablos de vigor superlativo,
atado sobre bueyes va sin ruido
y dentro de una jaula, pensativo.
Es hidalgo ferido, un tanto ciego,
que a Maritornes sus grandezas jura
y no conoce en sí desasosiego,
mas arriesga la vida en cada juego.
A pesar de ir turbado en su postura
algo sabe el manchego sobre el ego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario