ANNABELL MANJARRÉS FREYLE
El canto del Minotauro
Ser un espejo frente a otro espejo,
la virtud de los seres infinitos.
Y juzgarse infinito en el propio reflejo
revela verdades obsesivas.
Certezas que, involuntarias,
abren puertas insostenibles
de las que solo es posible encontrar respuestas
en la generosidad de los sueños.
Es mi deber esperar a Teseo
para dormir las formas de mi angustia
y encontrar, por intuición de un dios,
la puerta de las epifanías correctas.
¡Cómo no entender que los anaqueles
son las ventanas de Creta!
Yo solo sé que es de noche porque me hago viejo
y mis ojos apenas tientan de Ariadna
su mítica belleza.
Ariadna, Ariadna:
tal vez nunca recuerdes
que fui yo el que te liberó
de los laberintos
de una biblioteca de Buenos Aires.
la virtud de los seres infinitos.
Y juzgarse infinito en el propio reflejo
revela verdades obsesivas.
abren puertas insostenibles
de las que solo es posible encontrar respuestas
en la generosidad de los sueños.
para dormir las formas de mi angustia
y encontrar, por intuición de un dios,
la puerta de las epifanías correctas.
son las ventanas de Creta!
Yo solo sé que es de noche porque me hago viejo
y mis ojos apenas tientan de Ariadna
su mítica belleza.
tal vez nunca recuerdes
que fui yo el que te liberó
de los laberintos
de una biblioteca de Buenos Aires.
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