ANGEL DE LA ANUNCIACION. Un poema de Juana Bignozzi (1937-2015)
Ya perdido el resto de su tabla
solo con su aureola y un dorado gastado
recuerda que su función en este mundo es anunciar
y está dispuesto a hacerlo aunque no tenga delante
a esa virgen que durante siglos
fue dama de distintas ciudades y varios trajes
y estaría dispuesto a anunciar
aun a una muchacha del cinturón industrial
cuando además era rojo y la gente comía
porque su objeto no es quien lo mira sino el mensaje
el mensaje dice ni sé cuál es
pero hasta el final de los días
cumpliré mi destino
como espero lo cumplan todos los que me miran
yo he caído en esta ciudad
donde durante años se repartió la eternidad
para recordar que los destinos se cumplen hasta el final
y no se pierden los rayos de oro los recuerdos familiares los
amigos de toda la vida la herencia de la ideología
no se abandonan los oficios no se cambian rápidamente las adhesiones según los fracasos o las derrotas
se persiste
perdido el destinatario y vaciado el mensaje
seguiré anunciando porque fui enviado a este mundo para inquietar y nadie me callará
ya ha desaparecido la que estaba delante de mí
la azucena el asombro o terror de la joven que me escuchaba
los signos divinos que debieron acompañarme
sólo con esta ramita y un recuerdo del viento en mi capa
levanto esta mano gótica
y anuncio ante un vacío donde sé que alguien escucha
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