viernes, 7 de febrero de 2025

Peligrosos remolinos en sus mutuos sentimientos

 Elogio de mi hermana


Mi hermana no escribe versos

y dudo que empiece de repente a escribir versos.

Lo sacó de mi madre, que no escribía versos,

y de mi padre, que tampoco escribía versos.

Bajo el techo de mi hermana me siento segura:

el marido de mi hermana por nada del mundo escribiría

versos.

Y aunque esto suene a obra de Adam Macedonski,

ninguno de mis parientes se dedica a escribir versos.


En los cajones de mi hermana no hay viejos versos,

ni recién escritos en su bolso.

Y cuando mi hermana me invita a comer

sé que no es con la intención de leerme sus versos.

Sus ropas son exquisitas sin premeditación

y el café no se derrama sobre sus manuscritos.


En muchas familias nadie escribe versos,

pero si lo hacen, es raro que sea sólo una persona.

A veces la poesía fluye en cascadas de generaciones,

creando peligrosos remolinos en sus mutuos sentimientos.


Mi hermana cultiva una buena prosa hablada,

y toda su escritura son postales de sus viajes

con textos que prometen lo mismo cada año:

que cuando vuelva,

me contará todo,

todo,

todo.


 Wylslava Simboska.

No hay comentarios:

Publicar un comentario