PARA DARLE UN SENTIDO A LAS COSAS
GRACIELA CROS
La más oscura, la más inclemente:
Lloró, lloró, lloró
En k’iché’, en tz’utuhil, en q’eqchi, en kaq’chikel, en mam
Lloró con ruido y sin ruido
Tapándose la cara y a cara descubierta
Lloró hecha un ovillo y lloró estirada
Lloró entre las milpas y por los cafetales
Lloró como una caña y lloró como orquídea
Lloró en lo más alto de la ceiba
Y colgada del vuelo de un quetzal
Lloró con ojo de tortuga, con temblor de tucán,
Con suspiro de iguana, con hipo de jaguar
Lloró con el runrún de los cenotes, con balanceo de manglar
Lloró en 21 lenguas cantarinas, lloró hasta gritar
Lloró frente al espejo de las aguas, lloró bajo el volcán
Lloró en cada esquina de La Antigua, lloró en Atitlán
Lloró hasta desconocer a la que llora, lloró hasta cantar
Lloró por los rincones de la casa
Y por cada orificio de su anatomía
Lloró por los declives y los llanos
Por los acantilados y las nubes
Por el cielo vacío y la tormenta
Lloró sin dilación, sin timidez, sin límite
Lloró perdiendo el control
Lloró dando agudos ayes
Lloró desde el balcón
Lloró contra la almohada, con vergüenza
Lloró sin altivez, sin dignidad
Lloró con ansias de venganza, lloró para escapar
Lloró por ser la autora y no encontrar a quien culpar
Lloró por cada uno de los cuatro costados
Lloró de risa, lloró de estupor
Lloró por una mancha en la camisa
Y por un pelo en el mentón
Lloró por una cana en el pubis
Y el mal aliento de origen bucal
Lloró por quienes cuentan un secreto, por quienes sufren confusión
Lloró como lo quiso OLIVERIO, de amabilidad y de amarillo
Lloró por un orgasmo simultáneo
Y porque nada es fácil ni sencillo
Lloró en el aperitivo y en los postres
Lloró por los efectos del alcohol
Lloró para montar un espectáculo
Lloró cuando el arroz se le pasó
Lloró
Lloró hasta ladrar
Lloró
Lloró para crear un personaje
Lloró como disfraz de carnaval
Lloró para dar brillo a la mirada
Lloró como recurso de conversación
Lloró hasta caer exhausta, lloró de profesión
Lloró por la incomodidad de los domingos
Porque no era la que fue
Lloró en blanco y negro y lloró en color
Lloró por ser una extranjera y por el agujero donde antes hubo patria
Lloró por la caída de la tarde
Porque tras el almuerzo se infla el abdomen
Lloró porque se pierde la paciencia
Y la inocencia se perdió
Lloró porque es un modo de hacer amigos
Lloró para huir de la aflicción
Lloró por no saber si irse o quedarse
Lloró para hundirse, para desvanecerse
Para volverse piedra y flotar
Lloró para sentirse renovada
Para darle un sentido a las cosas
Lloró por vacilar y no actuar
Lloró porque hay prestigio en el drama
Porque la gravedad llama al respeto
Lloró para lograr un poco de atención
Lloró en fa sostenido y lloró en re bemol
Lloró hasta plegarse dentro de una valija
Lloró porque en los sueños pierde el tren
Lloró porque ¿no hay nadie en esta casa?
Y por sentir mucho temor
Lloró porque sus ojos lo pedían
Lloró porque lloró
Y POR QUÉ NO
¿POR QUÉ NO?
*
Tomado de http://unadepoetas.blogspot.com.ar/2012_01_01_archive.html
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