5 poemas de Alice Oswald. Traducción Pablo Queralt.
Madre
Estoy esperando a una lechuza común.
Manteniendo intacta mi paciencia
Para una criatura blanca mucho más tranquila
Hecha de puntales de cometa y cuchillos.
Esperando un poder
Apareciendo solo cuando esta la niebla en flor
Y las arañas cierran todas las rutas hacia los campos.
Con los dedos del anochecer que se flexionan lentamente
Viniendo más lentamente, dolorosamente vivo.
¡Fuera de alcance! Fuera de alcance!
Ella trabajará su turno
Como un mecánico que desengancha un auto de manera experta sin que parezca,
Tirando de los cordones de sus alas
Como dos velas rígidas ..)
Estoy esperando a una vieja reina deshilachada
Para caminar hacia esa ventana:
La que brilla como la luna
Pero caga en las paredes,
Ella cuya casa no tiene libros
O baño.
La que mira a su hijo muerto
Y nunca arregla
Su ropa de cuna carcomida por ratas…
Esperando a la madre trabajadora
Posee esos huesos plumosos.
Algún tipo de aversión a la luz
Para enseñarme su mansedumbre.
Epiléptica
Todas las noches camino de esta forma
Los caminos del río lunar
Mirando con un ojo creciente
Los rifs y trapos de polillas.
Oh gentiles polillas que me siguen,
Les dejaré escuchar mi mente
Sobre cosas que se acercan
Y desaparecen como el viento.
Todas las noches corre el mar
Sobre un barrio pobre de arena.
Lleva toda la semana ver la marea
Y varios años para conocer el viento.
Puse mi pie sobre la hierba,
Pensé que era un sendero,
Pero primero suspiró y luego se hundió.
Yo desearía ser una polilla de alas blancas.
Desearía ser ese aleteo zumbido
Salida sobre las cañas temblorosas
Entre la brisa y yo
Es difícil decir cuál sería más ligero.
Marinero
Chicas por los muelles,
Hechas de luna
Y vestidas de luna,
Brillantes chicas de malhumor,
Tomadas del brazo y asesinamente
Extendidas sobre bancos y paredes bajas,
Esta es tu plaza:
A mil pies de altura
Nosotros podemos escuchar sus risas en forma de gancho.
Cada vez que entra un barco
Con hombres con ojo de flecha
Disparando sus miradas a la orilla,
Siempre que el viento
Levanta tus faldas
Y huele el olor de tus úteros,
Dándole el hambre circular de tu risa
Sabiendo muy bien, aunque sea difícil
Encoges tus corazones
Y rascas con uñas de gato
Kilie odia a los hombres
En la papelera,
Flota sobre las casas
Las diosas implacables de los amores
Con tu vida en su puño.
Vicario
A veces ves pez de barro
Esos pantalones cortos llevan longitudes de anguilas
Que esconden una marea baja
Los que menean y corren
Criaturas preliminares del pre-mundo,
Primos de la luna
Quienes aman la negrura el aislamiento
Siempre se mueven al amparo de la luna
Y tan pronto como los veas
desaparecen
Interrupciones siseadas intraducibles
Indecibles labios anchos tapados
Es el viento otra vez
Maldiciendo el agua y cuando se aclara
Sigues buscando y buscando a esos
Desvalidos, pequeños remolinos incontrolados
Cuando levantas sus techos
Yacen sin piernas y sin pelos
Como las curvas de un enorme sistema de plomería
Chupando y chupando las marismas y
A veces es solo una sonrisa de ondas
Y luego tan pronto como los veas
desaparecen
Interrupciones siseadas intraducibles
Indescriptibles labios anchos y agrietados
Es el viento otra vez
Molestando las cañas y cuando se aclara
Sigues buscando y buscando esos
Contraataques de drenaje de agua
Sigues encontrando esas vetas marinas todavía
Fluyendo, pequeños cables de sombras, desapareciendo
Líneas de ensueño larga raíces de la penumbra
Pero ellas simplemente perforan en grava y
Disminuyen tan rápido como gotea
Y luego tan pronto como los veas
desaparecen
Interrupciones siseadas intraducibles
Indescriptibles labios anchos y agrietados
Es el viento otra vez
Presionando tus oídos y cuando se aclara
A veces ves la delgada
Cola de una luna menguante
Excavando de nuevo en la oscuridad
Y luego tan pronto como los veas
Y luego tan pronto como lo digas
Desaparecen
Secretaria de ensueño
Lo último de cada noche, salir a la luna.
Ponte el abrigo viejo, cierra la puerta del jardín.
Enrolla mangas viejas. Brazos oscilantes. Pobre alma.
Piensa en la puesta de la luna. Salida de la luna. Todo funcionando
según lo programado.
Mundo en blanco y negro. Camina por el carril.
Lo último de cada noche. Busca la luna.
No hay señales más que lluvia. Casi de vuelta a casa.
Una última más rápida. Mira hacia la luna.
Ojos despojados de las tinieblas. No puedo evitar notar
El pequeño resplandor de la lámpara de escritorio.
Como desde la ventana de arriba.
Hombro de mujer. Ahí está ella.
Muy vieja pobre alma, tal vez ya se haya ido.
Lo último de cada noche, enciende y apaga.
Enciende y apaga. Pequeño halo de antorcha de mano.
Ahí está ella. Lo último de cada noche.
Dejando ver solo la luz de una manga blanca.
A veces la luna es más una ventana de arriba,
Cortinas no del todo corridas pero iluminadas por dentro y habitadas.
Y a veces la luna es menor y
A veces se mueve detrás y a veces se ha ido.
A veces es la luna. A veces es la lluvia.
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