DISCURSO
MARÍA MONTERO ZELEDÓN
Una mujer no tiene dirección:
Todos su costados son profundos.
No anhela caminos de regreso
más sí un horizonte indefinido
de pájaros centrífugos.
Todos su costados son profundos.
No anhela caminos de regreso
más sí un horizonte indefinido
de pájaros centrífugos.
Una mujer necesita el asombro
de la oscuridad sostenida ante sus ojos y no los límites precisos de un espejo.
de la oscuridad sostenida ante sus ojos y no los límites precisos de un espejo.
Una mujer se esparce en el aire.
Una mujer nunca está sola.
Una mujer nunca está sola.
*
María Montero Zeledón (Burdeos, Francia, 1970) Vive en Costa Rica
de La mano suicida, Ediciones Perro Azul, San José de Costa Rica, 2000
de La mano suicida, Ediciones Perro Azul, San José de Costa Rica, 2000
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